La Reserva Natural de El Regajal-Mar de Ontígola es uno de los espacios naturales más desconocidos de la Comunidad de Madrid, pese a albergar una gran riqueza faunística.
Este papel secundario quizá se deba a que la mayor parte de sus 629
hectáreas, se encuentran en fincas privadas. La parte pública se corresponde con el entorno del Mar de Ontígola,
una antigua presa construida en el siglo XVI, que hoy en día sirve de
refugio para muchas aves. Debido a su antiguedad se ha ido colmatando y
necesita labores de conservación, ante las que el Ayuntamiento de
Aranjuez pidió que el Estado, que tiene la propiedad, se hiciera cargo
de nuevo de su gestión por falta de medios.
El valor medioambiental de esta reserva radica principalmente en la variedad de mariposas que alberga. Con más de 600 especies, en este espacio se da cita el 35 por ciento de ropalóceros (mariposas diurnas) de toda la Península Ibérica. Su gran diversidad de lepidópteros, provocada por la confluencia de hasta nueve hábitats diferentes y 900 especies de plantas vasculares, ha atraído a los entomólogos desde principios del siglo XIX.
El valor medioambiental de esta reserva radica principalmente en la variedad de mariposas que alberga. Con más de 600 especies, en este espacio se da cita el 35 por ciento de ropalóceros (mariposas diurnas) de toda la Península Ibérica. Su gran diversidad de lepidópteros, provocada por la confluencia de hasta nueve hábitats diferentes y 900 especies de plantas vasculares, ha atraído a los entomólogos desde principios del siglo XIX.
Este enclave tan privilegiado desde el punto de vista de la biodiversidad, cuya conservación depende de la Comunidad de Madrid, está, no obstante, amenazado. Tanto es así que en los últimos 25 años han desaparecido hasta siete especies de mariposas diurnas, según los estudios de los tres investigadores que más saben de este lugar José González Granados, Carlos Gómez de Aizopurúa y José Luis Viejo Montesinos, que llevan décadas estudiándolas.
Con los años, no solo ha habido cambios en la vegetación propiciados por un aumento de las temperaturas, sino que han ido surgiendo carreteras e infraestructuras que han divido la reserva aislando a las poblaciones de mariposas entre sí, lo que reduce la diversidad genética de las poblaciones y pone en peligro su supervivencia, según alertan los investigadores.
Las mariposas de El Regajal tienen la característica de ser los ejemplares más pequeños de su especie, pero este espacio natural también es refugio para el ropalócero más grande de Europa, de Europa, el gran pavón nocturno (Saturnia pyri) que puede medir hasta 12 centímetros. González procura transmitir el valor de esta importante población de mariposas y recuerda que son la base de la cadena trófica y que también polinizan, como las abejas. En cualquier caso, "una mariposa es tan valiosa como un lince", sentencia.
Fuente: Madridiario.es
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