Dimisión del ministro Soria
José Manuel Soria, ministro de Industria,
Energía y Turismo, dimite días después de que apareciera su nombre en
’los papeles de Panamá’. Para Ecologistas en Acción su renuncia es la
consecuencia lógica de su implicación en los hechos que revelan estos
papeles, aunque la organización considera que debería haber dimitido
inmediatamente y evitar dar unas explicaciones que no convencían a
nadie.
Ecologistas en Acción valora la etapa de Soria como ministro como una de las más desafortunadas en las últimas décadas en cuanto a política energética en el Estado español. El comienzo de la legislatura estuvo marcado por dos hechos que dejaban claro que este ministro y este Gobierno no iban a apostar por la sostenibilidad ni por el bien social: la designación de Villar de Cañas, en Cuenca, para albergar el cementerio nuclear de residuos de alta actividad de todas las centrales nucleares del Estado (diciembre de 2011) y la paralización absoluta de la instalación de energías renovables (enero de 2012).
La política desarrollada por Soria no ha podido sido más nefasta para la sociedad y el medio ambiente, con su decidida apuesta por el mantenimiento de la central nuclear de Garoña, por técnicas tan agresivas como el fracking o por las prospecciones petroleras de Repsol en las costas de Canarias. En todos los casos la respuesta social y política de los territorios afectados y de buena parte de la ciudadanía de todo el Estado ha sido contundente, rechazando de plano las decisiones de un ministerio que no ha sabido estar a la altura de las circunstancias. Cuando en el resto del mundo se habla del cambio climático, se instalan renovables y se invierte en medidas de ahorro y eficiencia. En nuestro entorno más cercano, la Unión Europea, la normativa aprobada por el ministerio que dirigía Soria ha sido totalmente contraria al sentido común e incluso a la legislación comunitaria, acumulando varias denuncias por su incumplimiento que actualmente están en trámite en Europa.
En el verano de 2013 se puso en marcha una revisión de la Ley del Sector Eléctrico. Se aprobó en diciembre y supuso otro duro golpe para las instalaciones de energías renovables existentes. Una legislación y un cambio de tarifas eléctricas que ha implicado un claro desincentivo hacia las medidas de ahorro y eficiencia, la lucha contra la pobreza energética debido al encarecimiento del recibo de la luz, el escándalo del almacén de gas Castor, el impuesto al Sol y un largo etcétera.
José Manuel Soria ha pasado la legislatura falseando la información y engañando a la ciudadanía, poniendo en marcha medidas que solo benefician a las grandes empresas multinacionales que controlan el sector de la energía y que han seguido manteniendo beneficios multimillonarios, cuando la pobreza energética se ha instalado en importantes sectores de la población, afectando a grandes capas de clase media e incluso perjudicando a administraciones públicas locales, universidades y otros colectivos que en su día habían apostado por la sostenibilidad medioambiental mediante la instalación de renovables.
Por todo lo anterior, Ecologistas en Acción considera que la renuncia de Soria llega tarde y que este ministro, que ha gobernado para los oligopolios y en contra del interés general, debería haber dimitido hace tiempo.
Ecologistas en Acción valora la etapa de Soria como ministro como una de las más desafortunadas en las últimas décadas en cuanto a política energética en el Estado español. El comienzo de la legislatura estuvo marcado por dos hechos que dejaban claro que este ministro y este Gobierno no iban a apostar por la sostenibilidad ni por el bien social: la designación de Villar de Cañas, en Cuenca, para albergar el cementerio nuclear de residuos de alta actividad de todas las centrales nucleares del Estado (diciembre de 2011) y la paralización absoluta de la instalación de energías renovables (enero de 2012).
La política desarrollada por Soria no ha podido sido más nefasta para la sociedad y el medio ambiente, con su decidida apuesta por el mantenimiento de la central nuclear de Garoña, por técnicas tan agresivas como el fracking o por las prospecciones petroleras de Repsol en las costas de Canarias. En todos los casos la respuesta social y política de los territorios afectados y de buena parte de la ciudadanía de todo el Estado ha sido contundente, rechazando de plano las decisiones de un ministerio que no ha sabido estar a la altura de las circunstancias. Cuando en el resto del mundo se habla del cambio climático, se instalan renovables y se invierte en medidas de ahorro y eficiencia. En nuestro entorno más cercano, la Unión Europea, la normativa aprobada por el ministerio que dirigía Soria ha sido totalmente contraria al sentido común e incluso a la legislación comunitaria, acumulando varias denuncias por su incumplimiento que actualmente están en trámite en Europa.
En el verano de 2013 se puso en marcha una revisión de la Ley del Sector Eléctrico. Se aprobó en diciembre y supuso otro duro golpe para las instalaciones de energías renovables existentes. Una legislación y un cambio de tarifas eléctricas que ha implicado un claro desincentivo hacia las medidas de ahorro y eficiencia, la lucha contra la pobreza energética debido al encarecimiento del recibo de la luz, el escándalo del almacén de gas Castor, el impuesto al Sol y un largo etcétera.
José Manuel Soria ha pasado la legislatura falseando la información y engañando a la ciudadanía, poniendo en marcha medidas que solo benefician a las grandes empresas multinacionales que controlan el sector de la energía y que han seguido manteniendo beneficios multimillonarios, cuando la pobreza energética se ha instalado en importantes sectores de la población, afectando a grandes capas de clase media e incluso perjudicando a administraciones públicas locales, universidades y otros colectivos que en su día habían apostado por la sostenibilidad medioambiental mediante la instalación de renovables.
Por todo lo anterior, Ecologistas en Acción considera que la renuncia de Soria llega tarde y que este ministro, que ha gobernado para los oligopolios y en contra del interés general, debería haber dimitido hace tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario