La apertura de esta planta, cuya fabricación costó 9 millones de dólares, fue escenificada el pasado viernes con la bendición de la nación aborigen Squamish, aunque lleva operando desde el pasado mes de junio. Desde entonces ha sido capaz capturar diez toneladas de CO2, al cual se le puede añadir hidrógeno para producir el combustible ecológico.
Creando energía verde mientras se limpia el aire
Carbon Engineering fue fundado en el año 2009 por el científico del clima David Keith de la universidad de Harvard. Adrian Corless, director ejecutivo de la empresa asegura que es la primera vez que alguien consigue una tecnología que puede capturar el CO2 del aire y es capaz de recrearse a una escala lo suficientemente grande como para ser relevante a nivel medioambiental.
La empresa pretende competir con otras energías limpias como la solar. Para ello dice tener a su favor el hecho de que no sólo es capaz de crear un combustible limpio, sino que en el proceso también consigue limpiar el aire que respiramos y combatir de esta manera el cambio climático.
Los planes de Carbon Engineering pasan ahora por fabricar una nueva planta comercial valorada en 200 millones de dólares durante el 2017, y que esta empiece a sintetizar combustible en 2018. Según la empresa, su nueva planta debería ser capaz de producir entre 200 y 400 litros diarios de gasolina o diésel que pueda ser utilizado por coches o aviones.
Vía | AFP