Madrid cubre de ‘barniz’ las cenizas de Seseña para evitar su dispersión
Medio Ambiente tiene previsto retirar las cenizas cuando conozca los resultados de la analítica sobre su toxicidad
Las 15.000 toneladas de ruedas que se almacenaban en la parte
madrileña del cementerio de ruedas de Seseña quedaron reducidas a un
amasijo de hierros y cenizas tras el incendio que devastó la
instalación. El Gobierno regional ha retirado la ferralla y ha cubierto
con una capa de polímero la escoria con el objetivo de evitar que se
levante y se disperse. La medida es provisional. Medio Ambiente tiene
previsto retirar esos desechos cuando conozca los resultados de la
analítica que determinarán su composición y peligrosidad.
Una mancha negra preside aún, casi cuatro meses después de que se extinguiera el incendio, el vertedero de neumáticos de Seseña.
Mientras Castilla-La Mancha asegura haber retirado ya más del 30% de
las ruedas calcinadas en su zona (3.300 toneladas), Madrid anunció la
semana pasada que su parte había quedado limpia el 26 de agosto tras el traslado de 1.500 toneladas.
Pero queda por decidir qué hacer con los residuos más complicados: la
ceniza en la que se transformaron las ruedas carbonizadas.
Está previsto que el laboratorio al que Madrid ha encargado un análisis de la composición de ese polvo entregue los resultados a principios de octubre. Será entonces cuando se decida el lugar al que se trasladará la tierra que se ha compactado, indicó ayer Mariano González, director general de Medio Ambiente, ante una comisión parlamentaria en la Asamblea de Madrid. La decisión dependerá del grado de toxicidad y de los elementos contaminantes. En la zona de Castilla-La Mancha se continúan recogiendo neumáticos debido a que el acopio era allí mayor y se salvaron más cubiertas.
Fuentes de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta explican que
en su parte de parcela también se ha aplicado un compuesto para evitar
el levantamiento del polvo. La capa se aplica proyectando una mezcla de
agua y un polímero sobre la superficie de las cenizas formando una
costra. Los datos finales de la empresa pública Tragsa han rebajado la
cantidad de neumáticos que se habían acumulado en el vertedero durante años
—el Gobierno regional apuntó en principio entre 75.000 y 90.000— , de
las que el 30% se encontrarían en territorio madrileño y el resto en
Castilla-La Mancha.
Ecologistas en Acción advirtió a principios de junio de que se habían detectado en el barrio de El Quiñón, en Seseña, picos de benceno tres veces superior al más alto alcanzado en 2015 en toda España, cerca de la refinería de Puertollano. También se registraron 210,75 microgramos por metro cúbico de dióxido de azufre, cantidades que solo se producen ocasionalmente en el entorno de las centrales térmicas. No se incumplieron los límites legales, porque se trata de los valores más altos registrados que no se mantuvieron.
A preguntas del diputado de Podemos, Alejandro Sánchez, sobre el estado del suelo, el director general contestó ayer que desconocía “su estado, porque todavía se encuentran las cenizas encima”. Recordó, al mismo tiempo, que el área donde se encontraba el vertedero “no es el parque nacional, sino una parcela rústica”, para cuya limpieza existe en el presupuesto una partida. “Se hará lo que haya que hacer”, zanjó.
Las 15.000 toneladas de cubiertas depositadas en la zona madrileña quedaron convertidas en 2.250 toneladas de fracción metálica (un neumático ligero está compuesto por un 15% de acero), 20.884 metros cúbicos de cenizas, inertes (18.795 toneladas) y 4.475 metros cúbicos de suelos contaminados (7.607 toneladas).
El Gobierno regional ha destinado dos millones de euros a la limpieza de los restos del vertedero donde se empezaron a acumular ruedas a finales de los años 90 (la licencia municipal es de 2003). Posteriormente, el propietario comenzó a no cumplir lo estipulado y a acumular neumáticos sin deshacerse de ellos y la Comunidad de Madrid le impuso una sanción.
También fue condenado por delito medioambiental. Mientras las administraciones buscaban una solución, la madrugada del 13 de mayo el fuego comenzó a arrasar el vertedero.
Está previsto que el laboratorio al que Madrid ha encargado un análisis de la composición de ese polvo entregue los resultados a principios de octubre. Será entonces cuando se decida el lugar al que se trasladará la tierra que se ha compactado, indicó ayer Mariano González, director general de Medio Ambiente, ante una comisión parlamentaria en la Asamblea de Madrid. La decisión dependerá del grado de toxicidad y de los elementos contaminantes. En la zona de Castilla-La Mancha se continúan recogiendo neumáticos debido a que el acopio era allí mayor y se salvaron más cubiertas.
Picos de benzeno
El director general confirmó en su comparecencia que se produjeron picos de benceno y de benzopirenos (hidrocarburos aromáticos cancerígenos) en el incendio, tal como señalan las mediciones que se tomaron durante los 20 días que duró el fuego. Sin embargo, restó importancia a los valores debido a que la exposición a estos contaminantes no se extendió durante un periodo prolongado, por lo que la toxicidad no es muy relevante. Son similares a los que se producen en “operaciones de salida de vehículos”, dijo.Ecologistas en Acción advirtió a principios de junio de que se habían detectado en el barrio de El Quiñón, en Seseña, picos de benceno tres veces superior al más alto alcanzado en 2015 en toda España, cerca de la refinería de Puertollano. También se registraron 210,75 microgramos por metro cúbico de dióxido de azufre, cantidades que solo se producen ocasionalmente en el entorno de las centrales térmicas. No se incumplieron los límites legales, porque se trata de los valores más altos registrados que no se mantuvieron.
A preguntas del diputado de Podemos, Alejandro Sánchez, sobre el estado del suelo, el director general contestó ayer que desconocía “su estado, porque todavía se encuentran las cenizas encima”. Recordó, al mismo tiempo, que el área donde se encontraba el vertedero “no es el parque nacional, sino una parcela rústica”, para cuya limpieza existe en el presupuesto una partida. “Se hará lo que haya que hacer”, zanjó.
Las 15.000 toneladas de cubiertas depositadas en la zona madrileña quedaron convertidas en 2.250 toneladas de fracción metálica (un neumático ligero está compuesto por un 15% de acero), 20.884 metros cúbicos de cenizas, inertes (18.795 toneladas) y 4.475 metros cúbicos de suelos contaminados (7.607 toneladas).
El Gobierno regional ha destinado dos millones de euros a la limpieza de los restos del vertedero donde se empezaron a acumular ruedas a finales de los años 90 (la licencia municipal es de 2003). Posteriormente, el propietario comenzó a no cumplir lo estipulado y a acumular neumáticos sin deshacerse de ellos y la Comunidad de Madrid le impuso una sanción.
También fue condenado por delito medioambiental. Mientras las administraciones buscaban una solución, la madrugada del 13 de mayo el fuego comenzó a arrasar el vertedero.
Analítica al detalle de la capa de cenizas
Dos empresas investigan la composición de las cenizas que dejó tras
de sí el incendio del vertedero. En Madrid, el informe se ha encargado a
laboratorios Labaqua, una compañía privada de soluciones ambientales.
El director general de Medio Ambiente, Mariano González, explicó ayer en
la Asamblea de Madrid que el Gobierno regional no cuenta con los medios
para realizar análisis semejantes.
El consejero de Medio Ambiente manchego, Francisco Martínez Arroyo, ha confirmado a EL PAÍS que el informe técnico estará listo en el plazo de un mes. En su caso, se ha solicitado el estudio a Emgrisa, una empresa pública creada en 1990 y dependiente del Ministerio de Medio Ambiente. La compañía ya realizó una caracterización preliminar de los residuos y suelos afectados tras el incendio. Sin embargo, se ha solicitado un estudio más detallado.
EL PAÍS
El consejero de Medio Ambiente manchego, Francisco Martínez Arroyo, ha confirmado a EL PAÍS que el informe técnico estará listo en el plazo de un mes. En su caso, se ha solicitado el estudio a Emgrisa, una empresa pública creada en 1990 y dependiente del Ministerio de Medio Ambiente. La compañía ya realizó una caracterización preliminar de los residuos y suelos afectados tras el incendio. Sin embargo, se ha solicitado un estudio más detallado.
EL PAÍS
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