La caza, actividad de riesgo y de impacto para el resto de usuarios y de actividades en el medio natural
Con el inicio de la temporada de caza se
incrementan las incidencias negativas y de riesgo para los no cazadores y
para las actividades de disfrute del medio natural. Ecologistas en
Acción alerta del descontrol en la actividad cinegética, da consejos a
los usuarios del medio natural y pide que se denuncien los abusos.
Con el inicio de la temporada hábil de caza durante el mes de octubre comienza un periodo lesivo y peligroso para quienes desarrollan actividades y otros aprovechamientos en el medio natural. Afortunadamente cada día son más las personas que usan y disfrutan amigablemente del entorno natural. En los últimos años se ha observado un notable incremento de las actividades en la naturaleza, entre las que ocupan un lugar destacado las de ocio y turismo. Actividades como el senderismo, la bicicleta, los paseos a caballo, el turismo de naturaleza, las rutas micológicas o el astroturismo, se han sumado a las tradicionales, como la apicultura, la ganadería o la agricultura para conformar un sector en auge que está revitalizando el medio rural.
Sin embargo, estas actividades y las personas que las llevan a cabo se ven cada vez más importunadas por la actividad cinegética, registrándose incidencias que van en aumento en toda España. Los accidentes y molestias por disparo son el primer y más grave problema. Hay muchos cazadores que no respetan las zonas y distancias de seguridad. Tampoco comprueban debidamente hacia qué dirigen su disparo. O no tienen la destreza mínima para empuñar un arma, sea por edad, por embriaguez o por cualquier otra circunstancia que disminuya su aptitud física.
Por ese motivo, ocurren muchos accidentes entre los propios cazadores que se cobran una media de 28 muertos y varios miles de heridos todos los años. Solo entre el 7 y el 9 de octubre se ha registrado ya un muerto y cinco heridos, entre ellos dos menores, uno de 13 de años. También se ponen en riesgo a los usuarios del monte, como recolectores de setas, castañas o nueces, ciclistas, paseantes, jinetes o apicultores, que están a merced de un mal encuentro con una partida de caza.
Situaciones con consecuencias físicas, incluso mortales, ya se han producido (un recolector de setas murió en Casavieja, Ávila, en 2014, un recolector de castañas falleció en Tedejo, León, en 2012, un ciclista resultó herido en Berrocalejo de Aragona en 2012, etcétera). Pero además no es raro ver a cazadores disparando en dirección a caminos o carreteras. Los perdigones han llegado a caer sobre personas y vehículos.
Otro grave problema es el corte de caminos y vías pecuarias, a veces ilegales, a veces consentidos por ayuntamientos y consejerías de medio ambiente. Pueden ser temporales, mientras dura una cacería, o permanentes, si además se ha instalado una puerta o una barrera sin indicaciones de que debe estar abierta y de que el tránsito es libre. En algunos casos, se han llegado a colocar en cotos de caza cables que han producido graves accidentes con bicicletas y caballerías. En Galicia y Toledo se han registrado estas situaciones, tanto en montes privados como en montes públicos que tienen cedida la caza a particulares.
Lejos de solucionar estos problemas, algunas administraciones han consentido y hasta autorizado que se cace en situaciones de falta de seguridad o que se cierren caminos, senderos o vías pecuarias, incluso dentro de espacios protegidos, como el Parque Nacional de Cabañeros o en el Parque Natural de Valle de Alcudia, ambos en Ciudad Real.
Ecologistas en Acción quiere denunciar esta creciente situación y exigir que, de una vez por todas, se impidan y sancionen estas situaciones. Por otro lado, quiere poner también al servicio de los usuarios del monte información de los derechos que éstos tienen, para lo cual mantiene una asesoría legal permanente y sus canales de comunicación abiertos para registrar las incidencias y denunciarlas.
La asociación tiene en marcha una iniciativa en favor de los derechos de los no cazadores en su página web y ha reimpulsado el registro de no cazadores que en 2008 consiguió más de 18.000 adhesiones.
Entre las medidas inmediatas que pide la asociación a las administraciones, particularmente a las Comunidades Autónomas como responsables de la gestión de la caza, están las siguientes:
Con el inicio de la temporada hábil de caza durante el mes de octubre comienza un periodo lesivo y peligroso para quienes desarrollan actividades y otros aprovechamientos en el medio natural. Afortunadamente cada día son más las personas que usan y disfrutan amigablemente del entorno natural. En los últimos años se ha observado un notable incremento de las actividades en la naturaleza, entre las que ocupan un lugar destacado las de ocio y turismo. Actividades como el senderismo, la bicicleta, los paseos a caballo, el turismo de naturaleza, las rutas micológicas o el astroturismo, se han sumado a las tradicionales, como la apicultura, la ganadería o la agricultura para conformar un sector en auge que está revitalizando el medio rural.
Sin embargo, estas actividades y las personas que las llevan a cabo se ven cada vez más importunadas por la actividad cinegética, registrándose incidencias que van en aumento en toda España. Los accidentes y molestias por disparo son el primer y más grave problema. Hay muchos cazadores que no respetan las zonas y distancias de seguridad. Tampoco comprueban debidamente hacia qué dirigen su disparo. O no tienen la destreza mínima para empuñar un arma, sea por edad, por embriaguez o por cualquier otra circunstancia que disminuya su aptitud física.
Por ese motivo, ocurren muchos accidentes entre los propios cazadores que se cobran una media de 28 muertos y varios miles de heridos todos los años. Solo entre el 7 y el 9 de octubre se ha registrado ya un muerto y cinco heridos, entre ellos dos menores, uno de 13 de años. También se ponen en riesgo a los usuarios del monte, como recolectores de setas, castañas o nueces, ciclistas, paseantes, jinetes o apicultores, que están a merced de un mal encuentro con una partida de caza.
Situaciones con consecuencias físicas, incluso mortales, ya se han producido (un recolector de setas murió en Casavieja, Ávila, en 2014, un recolector de castañas falleció en Tedejo, León, en 2012, un ciclista resultó herido en Berrocalejo de Aragona en 2012, etcétera). Pero además no es raro ver a cazadores disparando en dirección a caminos o carreteras. Los perdigones han llegado a caer sobre personas y vehículos.
Otro grave problema es el corte de caminos y vías pecuarias, a veces ilegales, a veces consentidos por ayuntamientos y consejerías de medio ambiente. Pueden ser temporales, mientras dura una cacería, o permanentes, si además se ha instalado una puerta o una barrera sin indicaciones de que debe estar abierta y de que el tránsito es libre. En algunos casos, se han llegado a colocar en cotos de caza cables que han producido graves accidentes con bicicletas y caballerías. En Galicia y Toledo se han registrado estas situaciones, tanto en montes privados como en montes públicos que tienen cedida la caza a particulares.
Lejos de solucionar estos problemas, algunas administraciones han consentido y hasta autorizado que se cace en situaciones de falta de seguridad o que se cierren caminos, senderos o vías pecuarias, incluso dentro de espacios protegidos, como el Parque Nacional de Cabañeros o en el Parque Natural de Valle de Alcudia, ambos en Ciudad Real.
Ecologistas en Acción quiere denunciar esta creciente situación y exigir que, de una vez por todas, se impidan y sancionen estas situaciones. Por otro lado, quiere poner también al servicio de los usuarios del monte información de los derechos que éstos tienen, para lo cual mantiene una asesoría legal permanente y sus canales de comunicación abiertos para registrar las incidencias y denunciarlas.
La asociación tiene en marcha una iniciativa en favor de los derechos de los no cazadores en su página web y ha reimpulsado el registro de no cazadores que en 2008 consiguió más de 18.000 adhesiones.
Entre las medidas inmediatas que pide la asociación a las administraciones, particularmente a las Comunidades Autónomas como responsables de la gestión de la caza, están las siguientes:
- Cierre inmediato de cotos donde no se respeten las zonas y medidas de seguridad.
- Aumentar las zonas donde esté prohibido cazar.
- Señalización obligatoria de las zonas de seguridad a cargo de los cotos.
- Dar publicidad a las monterías y ganchos.
- Aumentar la vigilancia y las inspecciones a los cotos y asistencia obligatoria de agentes medioambientales a los ojeos, las batidas, ganchos y monterías.
- Aumentar edad para cazar hasta los 18 años.
- Control de alcoholemia a cazadores los días de caza.
- Prohibir la caza nocturna.
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