Las obras de Unamuno, Valle-Inclán, Lorca, Muñoz Seca y otros 373 autores pasan a dominio público
La Biblioteca Nacional lanza un índice de autores fallecidos en 1936 con Unamuno, Valle-Inclán, Lorca o Muñoz Seca, Ramiro de Maeztu y Primo de Rivera como símbolos de la España que se partió
En el año 1936, España se partió en dos. Y el golpe de Estado que dio paso a la Guerra Civil arrasó también un futuro de brillantez en las letras al grito de: "¡Mueran los intelectuales!". Ochenta años después ya se han cerrado la mayoría de las heridas de aquella brecha. La Biblioteca Nacional quiere terminar de curarlas y por eso ha elaborado un índice de autores desaparecidos de los dos bandos que se liberan por estas fechas de derechos y pasan a dominio público. “Fue un año dramático en el que se perdió mucho más de lo imaginable. Toca tender puentes, más ahora que los derechos de estos autores quedan a disposición de todos y se multiplican las posibilidades de difusión de sus obras”, afirma la directora de la BNE, Ana Santos Aramburo.
Pero ese año significó mucho más. José Carlos Mainer, catedrático de la Universidad de Zaragoza y crítico de EL PAÍS, ha elaborado una lista en la que, aparte de los consagrados, incluye varios autores a reivindicar de esa época. “El 36 fue un annus horribilis, pero también mirabilis. Sabemos quiénes fueron sus célebres fallecidos. Pero también fue un año de grandes libros entre los que quedaron con vida: Juan de Mairena, de Machado; Canción, de Juan Ramón Jiménez; el segundo Cántico, de Jorge Guillén; Razón de amor, de Pedro Salinas, La realidad y el deseo, de Luis Cernuda: obras de viejos y de otros que ya no eran tan jóvenes. Eso nos da la medida de lo que destruyeron sin remedio”, comenta. “Para mí, aquel año sigue siendo el error que abrió una zanja duradera en el desarrollo de nuestro país como comunidad cultural y política”.
Los últimos derechos de autor de Lorca
García Lorca falleció el 18 de agosto de 1936.
Por tanto, 80 años después, su obra es de dominio público. Por eso
Diego Moreno se apresuró para publicar al granadino el año pasado,
cuanto antes. Y logró que Los árboles se han ido (Nórdica)
fuera uno de los últimos libros de Lorca en pagar derechos. "Es una
responsabilidad del editor, no tanto hacia la familia sino con el autor.
Nos parecía respetuoso y bonito. Para los creadores muertos por causas
no naturales, y más aun por asesinato, el plazo debería extenderse.
García Lorca hubiese generado obras y derechos durante 50 años más",
afirma.
Justo en ese sentido iba una propuesta que Manuel Fernández-Montesinos, responsable de gestionar los derechos de Lorca hasta su muerte en 2013, planteó a la Comisión Europea: pedía que el paso al dominio público ocurriera 150 años después del nacimiento de un autor, ya que la duración de la vida y las causas de la muerte generan diferencias abismales. Pero la idea no prosperó.
Justo en ese sentido iba una propuesta que Manuel Fernández-Montesinos, responsable de gestionar los derechos de Lorca hasta su muerte en 2013, planteó a la Comisión Europea: pedía que el paso al dominio público ocurriera 150 años después del nacimiento de un autor, ya que la duración de la vida y las causas de la muerte generan diferencias abismales. Pero la idea no prosperó.
En el caso de García Lorca, la recaudación por los derechos se repartía igualmente entre los seis herederos. "No son cifras millonarias, pero unos ingresos, al fin y al cabo", asevera Mercedes Casanovas, de la agencia Casanovas y Lynch, que gestiona los derechos del poeta granadino. Y Moreno cuenta cómo se calcula habitualmente la cifra. Primero, se multiplica la tirada del libro por su precio de venta. Entre el 8 y el 10% del total se destina a los royalties: normalmente, la mitad como anticipo y la otra a medida que se va vendiendo la obra.
EL PAÍS