Las chicas del proyecto aprenden conceptos básicos de electrónica. MEDO
Cuando Brittany Bull, de Ciudad del Cabo y 16 años, era solo una niña
ya quería ser científica. Aún así, nunca imaginó que antes de acabar el
instituto estaría construyendo y lanzando al espacio un satélite
artificial junto a otras 20 chicas de su edad. Y que este proyecto
cambiaría su vida. La hazaña está siendo posible gracias a MEDO, una
organización de desarrollo económico de Johannesburgo, en Sudáfrica, que
en junio de 2015 inició este programa espacial para animar a las
mujeres jóvenes a desarrollar su interés en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, áreas históricamente copadas por hombres. El satélite estará listo a mediados de este año.
El proyecto nació cuando se dieron cuenta en MEDO de que las empresas
más potentes de la zona estaban buscando a gente con estudios en alguna
de las ramas de ciencias. Calcularon que el 80% de los trabajos del
futuro estarán de alguna forma relacionados con la tecnología y se
dieron cuenta de que el número de mujeres que elegían estas carreras era mínimo.
De hecho, para Brittany Bull, una de las partes más importantes de este
proyecto es ayudar a empoderar a las mujeres: "Las chicas han estado
demasiado tiempo escondidas. Y esto es aún extremadamente habitual en el
sitio donde vivo".
La primera fase del proyecto, SPACEprep, sirvió como toma de
contacto. Las alumnas aprendieron fundamentos básicos sobre
electromecánica, satélites y el espacio. "Al principio, la mayoría de
las chicas eran muy tímidas y estaban asustadas", explica Carla de
Klerk, una de las responsables del programa. "Después de unos días, se
convirtieron en mujeres orgullosas y seguras de sí mismas. Era asombroso
ver cuánto empezaban a confiar en sus propios pensamientos y voces".
Las participantes han aprendido sobre satélites y
órbitas, electrónica de la construcción, habilidades de liderazgo,
telecomunicaciones... y a tener confianza en ellas mismas
Después de aprender los conocimientos básicos, MEDO organizó un
campamento en el que las chicas pudieron ponerlos en práctica. Diseñaron
un primer prototipo del satélite: el CricketSat y lo lanzaron al espacio con la ayuda de globos meteorológicos.
Cuando la estudiante Britanny Bull habla de todo lo que aprendió allí,
se refiere tanto a conocimientos científicos con a habilidades
personales: "Aprendimos sobre satélites y órbitas, electrónica de la
construcción, habilidades de liderazgo, construcción de confianza en uno
mismo y telecomunicaciones".
Al final, las chicas presentaron sus conclusiones a sus padres,
varios hombres de negocios y profesores de universidad. Según Carla de
Klerk, eran personas importantes que llegaron a abrir los ojos de
asombro. "Se dieron cuenta de que un grupo de chicas de entre 16 y 17
años habían presentado resultados que ellos mismos nunca habían
pensado", cuenta De Klerk. Y Britanny Bull cuenta que nunca había visto a
su madre tan orgullosa de ella.
Las chicas leen los datos que devuelve el prototipo de satélite CricketSat. MEDO
El campamento se celebró a principios de este mes y dentro de poco llegará la hora de la verdad: el satélite real, el MEDOsat1,
se lanzará a mediados de año desde el desierto de Mojave, en Estados
Unidos. ¿Qué van a medir con el satélite? Las chicas no tienen ni idea.
"¡Esa es la parte divertida!", explica Carla de Klerk. "Queremos que las
alumnas piensen un plan y decidan qué quieren observar".
El satélite se quemará y se convertirá en polvo cuando lleve unos
meses en órbita. Pero la intención es que cada nuevo lanzamiento llegue
un poco más lejos. "Hemos conseguido financiación para lanzar un
satélite al año hasta 2020, ¡llegaremos a la luna o más lejos!", cuenta,
divertida, De Klerk.
Para llegar hasta este punto del programa, MEDO ha trabajado con 120
chicas y quiere colaborar con hasta 500 en el lanzamiento del resto de
satélites. Con este trabajo, Carla de Klerk espera interactuar con
algunas de "las mentes brillantes del futuro
y poder tener algún impacto en ellas, inspirándoles para que crean que
cualquier cosa es posible", afirma. Tebogo Mpeaphya, que ha sido hasta
hace poco otra de las responsables de las chicas participantes en el
programa, comparte esta opinión: "Nada es tan prometedor como ver a una
mujer joven dándose cuenta de que puede convertirse en doctora,
ingeniera o científica, y que puede hacer lo que se proponga", concluye.
EL PAÍS
Tal día como hoy en
1981 moría MARIA MOLINER , filologa y bibliotecaria que a
pesar de su gran legado para la Lengua Española no entró en la
RAE.
Compuso su Diccionario
de uso del español, enorme empresa que le llevaría más de quince años,
trabajando siempre en su casa. Su Diccionario
era de definiciones, de sinónimos, de expresiones y frases hechas, y de familias
de palabras. Además, anticipó la ordenación de la Ll en la L, y de
Ch en la C (criterio que la RAE no seguiría hasta 1994), o
términos de uso ya común pero que la RAE no había admitido, como "cibernética",
y agregó una gramática y una sintaxis con numerosos ejemplos. Como ella misma
alguna vez afirmó, "El diccionario de la Academia es el diccionario de la
autoridad. En el mío no se ha tenido demasiado en cuenta la autoridad"...
"Si yo me pongo a pensar qué es mi diccionario me acomete algo de presunción:
es un diccionario único en el mundo".
María decía una de las frases suyas que más veces se han
repetido:
Sí, mi biografía es muy escueta en cuanto a que mi
único mérito es mi diccionario. Es decir, yo no tengo ninguna obra que se
pueda añadir a esa para hacer una larga lista que contribuya a acreditar mi
entrada en la Academia (...) Mi obra es limpiamente el diccionario. Más
adelante agregaba: Desde luego es una cosa indicada que un filósofo -por
Emilio Alarcos- entre en la Academia y yo ya me echo fuera, pero si ese
diccionario lo hubiera escrito un hombre, diría: «¡Pero y ese hombre, cómo no
está en la Academia! La causa del rechazo pudo ser una combinación de su
condición de mujer (hubiera sido la primera en ser admitida a la institución),
y su no pertenencia a la filología académica. El académico Miguel
Delibes, tras el fallecimiento de la antigua
candidata, opinó que:
es una lástima que, por esas circunstancias
especiales en que se han desenvuelto siempre los temas que rodean a la
presencia de mujeres en la Academia, María Moliner no haya podido ocupar un
sillón en la entidad.
Una de sus necrológicas definió bien lo que resultó de
aquella injusticia: "Una académica sin sillón". La escritora Carmen
Conde, que sería muy pocos años después, en 1978
(ya en el periodo democrático), la primera mujer admitida a la Academia, siempre
ha reconocido que ocupaba el puesto que hubiera debido corresponder a María
Moliner, y no olvidó mencionarlo indirectamente en su discurso de ingreso, en
1979: "Vuestra noble decisión pone fin a una tan injusta como vetusta
discriminación literaria".
Mapa de la Red de Control de Sustancias Peligrosas
El informe anual de la Red de Control de Sustancias Peligrosas de la
Confederación Hidrográfica del Ebro, publicado en diciembre de 2015,
muestra un río gravemente contaminado por alteradores hormonales: un río
estrogenizado. Y datos semejantes se repiten en otros ríos de la
Península. Los tóxicos analizados superaron los límites de referencia legales en el 14,7% de las 4.421 muestras tomadas en 2014.Hasta
aquí, son datos preocupantes, pero lo son más si recordamos que para
los alteradores hormonales, NO EXISTEN VALORES DE EXPOSICIÓN SEGURA.
Estas sustancias son peligrosas a cualquier concentración y la única
solución es eliminarlos del medio.
Véase el Informe Red Control Sustancias Peligrosas CHE 2014 – web Disruptores endocrinos, (EDCs), en un río que abastece a 5.000 poblaciones
El informe desvela que en el Ebro hay una mezcla compleja de varias
decenas de contaminantes hormonales, en un agua que abastece a tres
millones de personas y que se utiliza en el regadío de 906.000
hectáreas, así como en ganadería y piscifactoría.
Así que, tanto la población como los ecosistemas están expuestos a
tóxicos que interfieren en el funcionamiento normal de las hormonas a
dosis extremadamente bajas, precisamente, a las dosis a las que actúan
las hormonas a las que “imitan”, y que pueden producir efectos crónicos
que aparecen meses o incluso años después de la exposición. Para los contaminantes hormonales, no existe nivel de exposición segura: pueden causar daño a cualquier concentración, como muestran numerosos informes internacionales, entre ellos el de PNUMA (ver informe). Además, al tratarse de una mezcla compleja, su toxicidad puede verse potenciada. Véase el informe Kortenkamp al respecto. Lindano y otros pesticidas clorados
Uno de los contaminantes hormonales que ha superado los límites
legales en el agua, en los sedimentos y en la biota (peces) tanto en el
río Gállego, como en los puntos de muestreo de Zadorra, Presa de Pina y
Ascó, es el lindano ohexaclorociclohexano (HCH). Esta contaminación expone a los ecosistemas y a la población a daños en el sistema endocrino,
con efectos adversos en el desarrollo fetal y el crecimiento, reducción
en el número de espermatozoides y de los niveles de testosterona. A
estos daños debemos sumar los daños al hígado, al sistema inmunológico y
al ADN. Sin olvidar que la Agencia Internacional para la Investigación
del Cáncer (IARC) ha clasificado el alfa, beta y el gamma HCH como
posibles cancerígenos para los seres humanos. Ver post con la decisión de la IARC este verano.
Pero el lindano no es el único pesticida organoclorado presente en el
Ebro. El informe muestra la presencia de otros pesticidas, como el DDT.
Estudios recientes relacionan la exposición a plaguicidas
organoclorados con hipotiroidismo (ver estudio), cáncer de mama(ver estudio), malformaciones del tracto urogenital de niños expuestos en el útero materno (ver estudio) y también con problemas de fertilidad masculinos.
Un cóctel de disruptores endocrinos: pesticidas, COVs, PAHs y metales pesados
Además de sustancias organocloradas, como hexaclorobenceno o pentaclorobenceno, en las muestras analizadas se encontraron hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP). Algunos, como el naftaleno o como el antraceno son sustancias cancerígenas y neurotóxicas. También se han encontrado contaminantes orgánicos volátiles (COV) cancerígenos como el benceno y tóxicos para la reproducción como el tolueno, el etilbenceno y los xilenos.
Y por último, es importante la presencia de metales pesados, algunos
con efectos cancerígenos (arsénico, cadmio, cromo, plomo, níquel),
otros neurotóxicos (mercurio, plomo), y otros tóxicos para la
reproducción (plomo, cadmio, mercurio).
Las sustancias organocloradas, los HAP y los metales pesados se caracterizan, además de por su toxicidad, por su persistencia en el medio, esto es su tardanza en degradarse y por ser bioacumulables:
Se almacenan en los tejidos grasos de los seres vivos, donde pueden
permanecer también decenas de años. Así, los peces que viven en un río
contaminado con estas sustancias presentan concentraciones mucho más
elevadas que las presentes en el agua, los animales que se alimentan de
estos peces, a su vez, acumulan una mayor concentración. Y las personas,
que estamos en la cima de la cadena alimentaria, vamos acumulando estos
contaminantes en nuestras grasas.
Muchas de estas sustancias son también muy tóxicas para los
organismos acuáticos y para la fauna silvestre, como vimos en un post
anterior. Imprescindible reducir la exposición
Es urgente exigir a las autoridades medidas para reducir la
exposición de la población y el medio ambiente a estos tóxicos. Se deben
limpiar las zonas en las que se han vertido residuos, tanto de
pesticidas como de químicos industriales.
Sería adecuado, dado el nivel de contaminación, desarrollar programas
de biomonitorización que hicieran un seguimiento en el tiempo de las
concentraciones corporales de estos tóxicos en un grupo representativo
de la población expuesta. Los resultados nos indicarían también si las
labores de descontaminación están siendo efectivas.
Ecologistas en acción
Instituto Cervantes
c/ Alcalá, 49 28014 Madrid
(ESPAÑA)
Melodías, Romanzas y Nocturnos
Concierto
El Instituto Cervantes junto con la Academia de Bellas Artes de San
Fernando y la Sociedad de Musicología han preparado un ciclo conciertos
para el año 2016, Tardes musicales del Cervantes, con intención de
reivindicar la recuperación del patrimonio musical español. El primero
de estos conciertos contará con los músicos Ángel García Jermann y
Kennedy Moretti al violonchelo y piano, presentando su nuevo trabajo
Melodías, Romanzas y Nocturnos. Este disco forma parte de un proyecto de
investigación y recuperación del patrimonio musical español llevado a
cabo por el violonchelista Ángel García Jermann. Gran parte de las
piezas incluidas en el disco están vinculadas a la figura del
violonchelista Víctor Mirecki, desconocido para el gran público pero
referente fundamental para la escena musical madrileña y española de
finales del XIX. Desde su primer encuentro en 1998 Ángel García Jermann y
Kennedy Moretti supieron entender su afinidad en el pensamiento musical
y comenzaron su
colaboración como conjunto de cámara, un dúo estable que profundiza en
la interpretación de las obras para esta formación más allá del
instrumento melódico acompañado por el piano.
España les da el Premio Nacional Fin de Carrera y el extranjero los ficha
Entre el medio millón de jóvenes que se ha ido en el último lustro
están varios de los mejores estudiantes que ha dado el país en las
últimas promociones universitarias
"El Estado se ha gastado mucho
dinero, mi idea era quedarme en Barcelona, pero no bajo cualquier
condición", explica Sara, una Premio Nacional que está en Suecia
"El
problema no es que la gente se vaya, sino que no vuelva o no pueda
contribuir desde lejos" dice Diego Rubio, galardonado en Historia y
ahora en Oxford
Milena Montesinos, Premio Nacional de Fin de Carrera y emigrada a EE UU.
Podría decirse que son unos cuantos más entre
varios cientos de miles, apenas una gota en el océano de la
expatriación. Pero también podría añadirse que están entre los mejores y
que su pérdida, si acaba siendo definitiva, tiene más coste para el
país. Entre el medio millón de personas que ha dejado España en los
últimos cinco o seis años hay muchos Premios Nacionales de Fin de
Carrera.
Un 27% de los miembros de la Facultad Invisible (asociación que aglutina a los Premios Nacionales de Fin de Carrera de los últimos años)
se ha marchado al extranjero a continuar su formación o desarrollar sus
carreras. Son una parte considerable de los mejores estudiantes del
país de sus respectivas promociones universitarias que han volado,
llevándose su talento consigo. Y, sin embargo, para ellos el problema no
es irse, sino que la falta de mecanismos u oportunidades no les permita
regresar, como explica Diego Rubio, Premio Nacional de Historia e
investigador doctoral en la Universidad de Oxford. "La circulación de
talento, que no fuga, no es mala en sí misma: puede
contribuir a la internacionalización de nuestro sistema educativo y
mejora del modelo productivo. El problema no es que la gente se vaya,
sino que no vuelva o no pueda contribuir desde lejos".
Porque no todos se van obligados, aunque la mayoría sí lo hace con un
denominador común: en busca de unas oportunidades mejores de las que
pueden encontrar aquí. expresan un cierto sentimiento de frustración por
no poder devolver al país lo que ha invertido en ellos. "El Estado se
ha gastado mucho dinero en mí, y siempre tienes la idea de devolver todo
lo que te han dado", explica Sara Torregrosa, Premio Nacional de Fin de
Carrera en Historia y emigrada a Suecia. "Pero no bajo cualquier
condición", añade.
Las oportunidades surgen fuera
Torregrosa no quería irse. Su primera opción era seguir en la
Universidad de Barcelona, donde hizo el doctorado tras licenciarse en
Alicante. Pero no fue posible y pasó a buscar una beca postdoctoral.
"Desde que empecé sabía que en España habría muy poca cosa", recuerda.
Todas las opciones que le interesaban pasaban por el extranjero. Acabó
en Suecia como parte de un intercambio por su doctorado. Cuando le
surgió la opción de coger en la universidad de Lund la plaza
postdoctoral que no aparecía en España no se lo pensó. "Un puesto que vi
en España tenía la mitad o una tercera parte del salario que se cobra
aquí", explica.
Sara Torregrosa empezará a trabajar en la universidad de Lund, Suecia.
En el caso de Milena Montesinos, guipuzcoana de 28 años,
también Premio Nacional, decidió formarse en EEUU. Actualmente está
cursando un máster en Administración y Dirección de Empresas en
Stanford. Antes de eso estuvo trabajando un año, también al otro lado
del Atlántico. "Mis condiciones mejoraron radicalmente solo con mi
mudanza a EEUU", relata a través del email. "El puesto que me ofrecieron
y las condiciones salariales asociadas al mismo eran significativamente
mejores de lo que podría haber obtenido en España", asegura.
Su intención es volver a España "siempre y cuando pueda aportar y poner
en práctica todo lo que he ido aprendiendo. Siento que en tres años he
avanzado muchísimo y no querría meterme en un puesto que me ofrezca
peores condiciones, no solo salariales, sino también de
responsabilidad", advierte.
El problema es la vuelta
Algo similar a lo que le pasa a Torregrosa. El problema de irse es
sobre todo volver. "Uno no quiere estar moviéndose toda la vida",
explica. Después de haber conseguido una cierta estabilidad, aunque sea
fuera, lo que menos apetece es empezar otra vez casi de cero. "En la
universidad te plantas a los 35 años encadenando trabajos. Y no se trata
de tener 25 años y un trabajo para toda la vida, pero tampoco 40 y una
inestabilidad total", afirma.
Muchos de estos
emigrados son conscientes de la implicaciones que tiene su marcha. Por
un lado está, como recuerda Montesinos, la pérdida que para España
supone esta fuga de talentos. "Una de las cosas que más me preocupa es
que más empresarios o el Gobierno no consideren formas de atraer a los
españoles que están fuera", explica. " Yo me siento
afortunada por que cuento con el apoyo de una firma de consultoría y una
fundación privada", explica. Pero si más empresas no hacen lo mismo y
no se ponen en marcha estos programas de recuperación de talento
español en el extranjero va a afectar sin duda en un futuro no muy
lejano a la competitividad en España", argumenta, porque "acabarán
creando empresas en otros países o contribuirán a la mejora de la
productividad y competitividad de compañías extranjeras".
Rubio apuesta por "crear canales institucionales que unan a España con
los profesionales en el exterior para el beneficio de empresas,
universidades e instituciones públicas y, en segundo lugar, por crear
mecanismos que permitan regresar a quien lo desee. De lo contrario, sus
experiencias y conocimientos no revertirán en España y el dinero gastado
en su formación se irá por el sumidero".
Ahondando
en este razonamiento, Torregrosa destaca que le gustaría también
devolver al país la inversión que ha hecho en ella. "Toda mi educación
ha sido a base de becas. Igual que el Estado financia la investigación y
esta debería dar resultados a la sociedad, la inversión en educación
debería retornar también", afirma. "No es que crea que tenga que haber
una obligación, pero sí una política para crear condiciones y que se
aproveche", se lamenta. Cuando se ha intentado, como ocurrió en Euskadi hace poco, el plan ha fracasado:
las condiciones que se ofrecían para la repatriación del talento no
mejoraban las que tenían los posibles destinatarios y ninguno volvió.
Este
domingo 17 de enero a las 18.00 horas en la Sala Multifuncional
"volvemos a jugar" La duración es 55 minutos aproximadamente y la
entrada es gratuita #VolveraJugar
Produce en una hora la energía que tu hogar consume en un día entero
En las ciudades, el gasto de energía eléctrica (que tiene a
veces un gran costo y además puede ser contaminante, dependiendo de la
fuente con la que esté producida), es un gran problema. Otro tema muy
habitual es que los habitantes no tienen tiempo para dedicarle a su
salud, por ejemplo, haciendo actividad física.
Estas dos situaciones podrían solucionarse al mismo tiempo con este invento: una bicicleta que en una hora de ejercicio produce suficiente energía para alimentar durante 24 horas un hogar.
Manoj Bharagava en su bicicleta
Su creador es el Manoj Bhargava, un empresario hindú famoso
por haber creado una bebida energizante, pero que ahora busca impulsar
un proyecto solidario con este invento.
La bicicleta transforma la energía cinética
que produce el pedaleo del ejercicio en energía eléctrica, y la
cantidad de energía producida por hora es equivalente al gasto
energético de un hogar promedio.
Según su creador, esto podría
servir para que millones de personas sin acceso a la electricidad
pudieran utilizarla. También afirmó que, si los ciudadanos se turnaran
para mantenerla todo el día funcionando, la bicicleta podría proveer de
electricidad a un barrio pequeño.
Ésta no es la única iniciativa en el mundo que promueve utilizar
la energía producida por las personas cuando realizan ejercicio en
bicicletas fijas para obtener energía eléctrica.
Existen, por ejemplo, gimnasios que producen energía eléctrica
con los aparatos de ejercicio para auto-abastecerse. Algunos de ellos
son públicos y al aire libre, como los que existen en Inglaterra. De ese
modo, la energía que las personas producimos no solo puede aprovecharse
para generar luz, sino que reduce el uso de los sistemas que contaminan
las ciudades.
Gimnasio ecológico al aire libre en Inglaterra
También, en Brasil algunos presos reducen sus condenas
pedaleando para generar electricidad para el alumbrado de la ciudad, y
en algunos países existen discotecas que aprovechan los pasos de baile
para energizar el local. En otras ciudades, los peatones generan
electricidad al caminar por sus veredas y calles.
En Buenos Aires, Argentina, existen algunas bicicletas fijas
instaladas en parques, de uso gratuito, que permiten cargar el celular
mientras se pedalea, utilizando esa energía.
Todas estas ideas son formas ingeniosas de buscar que las
diferentes actividades que las personas realizamos en las ciudades sean
cada día más sustentables, es decir, menos contaminantes, y más
beneficiosas para todos; tanto para quien la realiza como para sus
vecinos.
Caminar o ejercitarse son actividades que generan energía. Los
desechos orgánicos, incluso el estiércol de los animales, pueden
transformarse también en fuentes de energía renovable. Y el sol regala
al planeta energía, que puede aprovecharse cada vez de manera más
eficiente, por ejemplo con globos solares o células fotovoltaicas impresas en papel.
Con
todo esto, no existen razones para no adoptar, cada día, nuevos hábitos
sustentables que reduzcan los daños al medio ambiente que se generan
para producir energía eléctrica.
El holandés que ha puesto en jaque el sistema energético español
Reportaje fotográfico de Guillem Sartori
Gijsbert Huijink ha creado la primera cooperativa energética española y quiere cambiar las reglas del sistema
Ha pasado de los 150 contratos iniciales a 30.000, el 58% en Cataluña
Banyoles, Girona, un día claro de finales de diciembre, con sol, y energía, sobre todo para Gijsbert Huijink,
cuya casa en medio del campo está literalmente forrada de placas
solares. En la puerta está aparcado un Nissan Leaf, un coche 100%
eléctrico y cubierto de polvo -quizás a la espera del primer túnel de
lavado ecológico-.
En este verde rincón de la comarca que alberga
el lago natural más grande de la Península no se huelen malos humos,
salvo cuando se habla de las leyes del sector energético español.
Entonces a este neerlandés de 47 años, alto, con gafas y camiseta
reivindicativa, le salen por las orejas. «He intentado leer una ley y no
puedo porque nada más empezar hace referencia a leyes anteriores, que a
su vez hacen referencia a otras», se lamenta. «Creo que sólo hay unos
cuantos abogados y expertos que saben qué se puede o no se puede hacer. Es un caos».
No
parece que sus sensaciones sean fruto del choque cultural, aunque de su
discurso, del que no se desvía un centímetro en una hora, se desprende
que no le gustan los rodeos. Huijink es profesor en la Universitat de Girona y domina el castellano y el catalán. Con ayuda de sus alumnos, amigos y vecinos, en 2010 creó la primera cooperativa energética española, Som Energia,
actualmente la de mayor crecimiento en Europa. Su objetivo era ayudar a
cambiar el mercado energético español y, de momento, va por buen
camino: en cinco años ha pasado de los 150 contratos iniciales a 30.000, el 58% en Cataluña y el otro 42% en el resto de España, y crece a un ritmo de 200 nuevos por semana.
Además,
desde su fundación han aparecido otras ocho cooperativas energéticas
más en España de similares características. Es un ejemplo de cómo
transformar la mala leche que le generó la situación actual en buena
energía. «Mi mujer y yo llegamos a Cataluña, compramos una casa y
necesitábamos luz. Vimos que era más barato poner placas y baterías que
conectarse a la red, que en España es muy caro. Pero entonces comprobé todas las dificultades que suponía el autoconsumo. Mientras que en otros países se incentiva, como en Dinamarca o en Alemania, aquí no hay regulación, es incomprensible».
Y aclara: «Si me quería conectar a la red para rellenar las baterías y
para volcar mi sobrante tenía que pagar un dineral. Eso obviamente está
dirigido a frenar la eficiencia energética». Vicens Adell,
consultor con 15 años de experiencia en el sector energético, lo
corrobora. «El gobierno acaba de regular el autoconsumo introduciendo
una serie de peajes que en el sector llamamos impuesto al sol, que gravan la energía que se produce con paneles fotovoltaicos. Esto obstaculiza la suficiencia energética.
En otros países, se incentiva. Se conoce como balance neto y permite a
los autoconsumidores recuperar de la red la energía que han vertido sin
pagarla». Facua-Consumidores en Acción emprendió en julio
acciones legales por la aplicación ilegal de tarifas en el alquiler de
los nuevos contadores. La Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia también advirtió en noviembre de este tipo de irregularidades. Huijink decidió tomarse su revancha y fundar esta cooperativa sin ánimo de lucro que comercializa y produce energía verde.
El ambicioso objetivo de Som Energia es «cambiar el sistema y llegar a
un 100% de renovables. Nuestros socios compran la energía a través de
nosotros, y queremos llegar a producir todo lo que consumimos y que sea
verde con proyectos como el que hemos acabado este mes, la planta
fotovoltaica de Alcolea del Río, de 8.800 placas», explica. En total, 1.600 socios han invertido: recogieron 800.000 euros en 1 hora y 40 minutos.
Los socios producen aproximadamente el 6% de lo que consumen. Su
volumen representa el uno por mil del mercado energético español, algo
que «no molesta a los grandes».
En realidad, comenta Adell,
«siguen existiendo pequeñas empresas generadoras idependientes, pero los
que mandan son tres gigantes que tienen prácticamente todo el mercado,
generación, comercialización y distribución».
Huijink espera,
también, contribuir al cambio social sin el que, avisa, lograr lo
acordado en la reciente cumbre del clima de París será imposible. ¿No
son muchas cosas para una organización de su reducido tamaño? «En Holanda hay unas 25 o 30 cooperativas, en Dinamarca centenares y en Alemania unas 800.
Allí buena parte de los productores son cooperativas, grupos de
ciudadanos, gente individual con proyectos pequeños que ya influyen en
la política energética de sus países».
Detrás de este holandés
con camiseta se esconde un antiguo hombre de negocios que reconoce no
ser un ecologista de los de toda la vida. «En España hace falta una auditoría de todo el sistema,
ver quién gana qué, y por qué», dice. «Hay un gobierno supervisor muy
débil, y empresas que hacen lo que quieren. No hay otro país donde ganen
tanto: 8.000 millones de euros de beneficios en 2014 a pesar de la peor
crisis de la historia».
¿Pero acaso el fenómeno de los lobbys no es mundial? «Sí, pero en España está muy presente. Pagamos un 40% de la factura que es un fijo, ¿por qué?»,
se queja el fundador de Som Energia. «Si no fuera por las trabas que ha
puesto el gobierno en los últimos cuatro años, el autoconsumo sería muy
competitivo. Si tuviéramos la misma estructura tarifaria de Holanda (cero fijo y 25 cm kw/h) podríamos poner placas en cualquier sitio.
El oligopolio lo tiene muy claro: cada persona que pone placas en su
casa, parcialmente, es un cliente perdido. Y en algún momento no tendrán
clientes».
El carbono azul: la respuesta al cambio climático está en los mares y todavía no se ha utilizado
En
el océano se almacenan cantidades de dióxido de carbono hasta cincuenta
veces más que en la atmósfera y veinte veces más que en las plantas
terrestres
El carbono azul podría ser una de las grandes soluciones al cambio climático.
Lo llaman carbono azul porque se ha
quedado atrapado en los mares y, aunque todavía no se conoce a fondo,
los científicos no dudan del potencial que tienen los ecosistemas
marinos para combatir el cambio climático.
En
el océano se almacenan cantidades de dióxido de carbono hasta cincuenta
veces más que en la atmósfera y veinte veces más que en las plantas
terrestres, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Partiendo de esos datos, ¿por qué no se hace más por aprovechar esos recursos y contrarrestar las emisiones de CO2?
Steven Lutz, coordinador del programa Carbono Azul del centro noruego GRID-Arendal,
admite a Efe que aún se necesita investigar más y evaluar la acción de
los ecosistemas marinos y costeros frente al calentamiento global.
Cuando
se preservan, sostiene, terrenos como los manglares sirven de hogar a
las especies marinas y les dan las condiciones para la vida, mientras
que si se degradan, el carbono acumulado se lanza de nuevo a la
atmósfera y puede tener un “impacto significativo en los gases de efecto
invernadero”.
Tanto
se ha hablado de los mercados de bonos de carbono y de la utilidad de
los bosques como moneda de cambio en su papel de sumideros que el
interés se ha extendido a otras formas de absorción como las de la
propia costa.
El
reciente acuerdo de París sobre cambio climático reincide en esta idea:
es importante conservar y aumentar sumideros y reservorios de los gases
de efecto invernadero, así como garantizar todos los ecosistemas,
incluidos los océanos.
Entre
las nuevas oportunidades, Lutz destaca que se puede mejorar la gestión
de los ecosistemas, utilizar ese carbono para lograr objetivos de
política nacional y compromisos internacionales, o ayudar a las
comunidades locales en la conservación ambiental y dotarlas de medios
para efectuar el canje de emisiones.
Ya hay proyectos en países como Ecuador, República Dominicana, Mozambique o Indonesia que, a distintos niveles, buscan el reconocimiento de esa clase de servicios.
Y
es que la inmensidad del océano puede ser una mina de oro con sus
pastos marinos, marismas o arrecifes de coral, y con especies de gran
valor biológico como el alga marina Sargassum o el krill, un pequeño
crustáceo antártico, que intervienen en el secuestro de carbono.
“Para
que el carbono sea almacenado a largo plazo, necesita acabar en el
suelo del océano. Mediante el proceso de la cadena trófica marina, el
carbono es capturado por las plantas, ingerido por los animales,
arrastrado hacia el suelo y almacenado allí”, relata el fundador de la
iniciativa Global Ocean Trust, Torsten Thiele.
Por
eso, recalca, cuanto más estresado se encuentre el océano por daños
como la estratificación, la sobrepesca o la contaminación, peor podrá
absorber el carbono a la larga.
“La
pregunta es cómo se pueden proteger mejor los mares”, afirma Thiele,
que destaca los avances para medir y verificar las reservas de carbono
azul.
La
responsable para Océanos y cambio climático de la UICN, Dorothee Herr,
coincide en que, aun no siendo fácil, los instrumentos para
cuantificarlas están a la mano y muchas universidades han recogido los
datos de distintos ecosistemas costeros.
Otra
dificultad añadida entraña la medición del carbono en los sedimentos
del fondo oceánico, si bien la experta insiste en que los números se
están perfeccionando en general para poder incluirlos en los inventarios
nacionales de gases de efecto invernadero.
Todo
aquel que quiera financiarse para proteger los ecosistemas costeros y
marinos deberá adecuarse a los estándares, que varían en función del
mercado.
Thiele
da algunas pautas para las regiones interesadas en conservar sus
reservas: deberán identificar proyectos particulares, usar instrumentos
científicos y tecnológicos para medir y verificar los niveles de carbono
sin que se disparen los costes, encontrar un socio comprador y seguir
las normas, ya se trate de una transacción pública o privada.
Además,
cabe la posibilidad de acceder a los fondos públicos acordados por los
países en la cumbre COP21 de París para cuestiones climáticas.
Sería
como pensar en gestionar un bosque bajo las aguas. Sin olvidar que,
aunque no se vea, el océano es considerado el sumidero de carbono más
grande del planeta. Un reportaje de Belén Delgado para la Agencia EFE.
La ciudad de Grenoble, hermosa capital de los Alpes
franceses, tuvo recientemente una divertida idea para hacer más feliz a
su población mediante una iniciativa cultural. Instalaron "dispensers de literatura",
dispositivos que permiten a sus habitantes indicar con cuánto tiempo
libre cuentan y les regalan un texto literario que podrían leer en esos
minutos.
El dispenser se instala en espacios públicos, como
parques, pero también en lugares en los que las personas tienen que
esperar y a veces no saben qué hacer con su tiempo, como las
dependencias públicas en las que se realizan trámites.
El espíritu de la propuesta es promover la literatura como una
manera alternativa al teléfono celular de aprovechar el tiempo que se
utiliza haciendo filas o esperando un turno en un banco, un hospital o
una oficina estatal.
El Alcalde de Grenoble, Eric Piolle, que pertenece al partido ecologista, promueve esta iniciativa junto con Short Edition, que creó el dispositivo.
El
gobierno de Grenoble cree que esta iniciativa tiene dos beneficios para
sus ciudadanos: por un lado, difunde la cultura y promueve la lectura,
ya que se distribuyen gratuitamente piezas de literatura, que pueden ser
clásicas o contemporáneas; y por otro, alientan a los ciudadanos a no
utilizar tanto sus teléfonos celulares, y pensar en otras formas de
aprovechar el tiempo.
El servicio es gratuito, y el texto se adecua al tiempo
que disponga el usuario para invertir en la lectura. Si indica que
tiene tres minutos, el formato de su relato será de 8 centímetros de
ancho y 60 de largo, y si cuenta con cinco, del doble.
Tanto los
cuentos como los dispensers son gratuitos, y por ahora habrá, en total,
ocho máquinas por toda la ciudad. Estarán ubicadas en el ayuntamiento,
en la oficina de turismo, en bibliotecas y en centros sociales.
El proyecto no tiene fines de lucro, sino que el objetivo es
simplificar a los ciudadanos el acceso a la cultura y, simplemente,
hacerlos más felices.
Cuando
este hombre, Veerabhadran Ramanathan (Madurai, India, 1944), trabajaba
en una fábrica de máquinas de refrigeración controlando que los gases no
se escapasen de los aparatos, no imaginaba que años después, y a 13.700
kilómetros de allí, él mismo descubriría que los clorofluorocarbonos
(CFCs) que tantos días había intentado mantener bajo control eran
potentísimos gases de efecto invernadero y
que contribuían al cambio climático. No solo había que frenar las
emisiones de CO2. Gracias a Ramanathan, la humanidad ha ganado tiempo en
la lucha contra el calentamiento global. Hoy, él ha sido galardonado
con el premio Fronteras del Conocimiento, dotado con 400.000 euros: http://elpais.com/elpais/2016/01/08/ciencia/1452267295_297070.html
Una cita ineludible si queremos trabajar por el Medioambiente y mejorar nuestro pueblo. ¡ Estamos tod@s invitados!.
Se tratarán las actividades a realizar en los próximos meses.
La mitad de la población española piensa que debe
protegerse el medio ambiente aunque suponga “costes altos”, según el
Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). El último barómetro del CIS, de diciembre de 2015,
refleja que el 49,2 % de los españoles consideran la defensa
medioambiental “absolutamente necesaria”. En 2005, el porcentaje estaba
en el 59% pero, a partir de ahí, el CIS había recogido una caída
progresiva que en 2010 suponía que el 35% de la población secundara esta
prioridad.
Sin embargo, la encuesta –que abarca 2.495 entrevistas en 256
municipios– sitúa los problemas medioambientales muy atrás entre los más
acuciantes para la opinión de los ciudadanos. La lista está encabezada
por el paro, la corrupción y la economía. A la luz del estudio, no se
trata de que haya una gran mayoría que ignore los asuntos relacionados
con la ecología: más de un 76% declara estar muy o bastante interesado
por las noticias medioambientales. La porción de ciudadanos que se
consideran bien informados rebasa el 47%.
En este sentido, la Conferencia sobre Cambio Climático (COP21) que se
estaba celebrando en París durante el mes de las encuestas era conocida
por tres cuartas partes de la población. En contraste, en 2007, solo un
60% había oído hablar del Protocolo de Kioto contra el calentamiento
global (que acababa de entrar en vigor en 2005).
La
encuesta refleja que todavía queda mucho por hacer respecto a los
hábitos de los ciudadanos Imagen: cyclinginmadridenbici.blogspot.com
Aplicación práctica
En lo que respecta a la traducción a la vida cotidiana de estas
opiniones, las actitudes no varían mucho o se han relajado en los
últimos años. Si la mitad de los encuestados asegura que se desplaza “a
pie o en bicicleta” por su localidad, el porcentaje que usa el
transporte público habitualmente en diciembre de 2015: un 25%, es menor
que en 2010 que estaba en el 33%. De igual manera, los consumidores que
se fijan en que su nuevo automóvil vaya a ser más o menos contaminante
no varían y se quedan en el 42%.
En materia de residuos, el 77,3 por ciento de los españoles asegura
utilizar habitualmente los contenedores de vidrio, cartón, papel o
pilas, frente al 13,5 por ciento que lo hace algunas veces y el 7,8 por
ciento que nunca separa estos residuos y los lleva a los
correspondientes contenedores.
En la misma línea, el 70,8 por ciento de los españoles dice separar
la basura doméstica por tipo de desecho: orgánico, plástico o papel,
frente al 15,1 por ciento que lo hace “algunas veces” y, en este caso,
el porcentaje de españoles que no lo hace nunca sube hasta el 12,7 por
ciento del total.
En cuanto llega la hora de hacer compras, el 47,5 por ciento compra
productos ecológicos, que no contaminan el medio ambiente “algunas
veces” y el 32,8 por ciento no lo hace “nunca”, frente al 17,1 por
ciento que consume estos productos “habitualmente”. Algo más elevado es
el porcentaje de españoles que compra electrodomésticos “más
eficientes”, de las etiquetas A, B y C, que alcanza el 57,9 por ciento; y
el 24 por ciento lo hace algunas veces, frente al 11,7 por ciento que
no tiene e …
Fuentes: noticias.lainformacion.com, www.eldiario.es
La
temperatura media del planeta subirá aún más en el año 2016, que
superará previsiblemente a 2015 como el año más caliente de la reciente
historia. La Oficina Meteorológica británica -Met Office- ha advertido
que la combinación del cambio climático y del fenómeno cíclico en el
Pacífico conocido como El Niño contribuirán a disparar los termómetros
por encima de los 1,4 grados con relación a la era preindustrial (0,8
grados con respecto a las temperaturas registradas en 1961).
El acuerdo alcanzado en París por 196 naciones la semana pasada fija el
objetivo global de no rebasar un aumento de dos grados y "perseguir los
esfuerzos" para limitar la subida a 1,5 grados, que se alcanzarían con
la tendencia actual de las emisiones en menos de una década.
El 2015 pasará de hecho a la historia como el año en que se superó el
listón simbólico de un grado centígrado, considerado ya por algunos
científicos (como el ex climatólogo de la NASA James Hansen) como el
inicio de un cambio climático "incontrolado y peligroso", con episodios
cada vez más frecuentes de clima extremo.
La nueva
predicción de la Met Office ha disparado ahora las alertas: si en el
2016 se alcanzan los 1,14 grados, la tendencia se puede acelerar más de
los previsto en la segunda mitad de la década. El período comprendido
entre el 2010 y el 2015 figura ya como más cálido jamás registrado.
"El aumento de las temperaturas es atribuible principalmente a la
calentamiento global, pero el fenómeno El Niño ha puesto la guinda en el
pastel", ha advertido el profesor Adam Scaife, al frente del
departamento de predicciones de la temperatura del Met Office.
EL MUNDO