¿Por qué no iban a
hacer bien el trabajo las mujeres de los Reyes Magos? Esto fue lo que se
planteó Gloria Fuertes al escribir una de sus obras infantiles más
transgresoras: ‘Las tres reinas magas: Melchora, Gaspara y Baltasara’.
En el año de su centenario, revindicamos una de las voces más singulares
y menos valoradas de la historia de la poesía española.
Gloria Fuertes nació el 28 de julio de 1917 en Madrid, en el seno de una familia humilde. / EFE
Tras el paso de la Cabalgata de Reyes del año pasado, la presencia de
tres mujeres como protagonistas generó un debate entre los más
conservadores, que no gustaron del cambio.
Sin embargo, esta no
era la primera vez que se hablaba de tres reinas magas. Corría el año
1978 cuando Gloria Fuertes (1917-1998) escribió una obra sobre cómo,
ante la imposibilidad de que Melchor, Gaspar y Baltasar fueran a Belén,
sus mujeres les sustituían en el viaje.
Considerado en la
actualidad un clásico de la literatura infantil, la escritora consiguió,
recién estrenada la democracia, darle a la mujer un papel protagonista
para que niños y niñas crecieran con esas premisas. Es más, hoy su
historia se sigue interpretando en los colegios.
Gloria Fuertes,
esa escritora de voz ronca y aspecto deliberadamente varonil, fue mucho
más que una autora de literatura infantil. Sin embargo, su figura, como
la de muchos artistas patrios, es más apreciada fuera de su país de
origen.
Mujer, lesbiana y pobre. La alta cultura de mediados del siglo XX no aceptó a una poeta como Gloria Fuertes
Según Reyes Vila-Belda, profesora del departamento de Español y
Portugués de la Universidad de Indiana (EE UU), “ni su figura ni su
poesía han sido suficientemente estudiadas en España”.
No
obstante, goza de reconocimiento en el exterior, especialmente en
Estados Unidos, donde varios críticos importantes han investigado su
obra, se han traducido sus poemas y estos figuran en importantes
antologías.
“Su poesía se estudia en los departamentos de español
de muchas universidades norteamericanas. La paradoja es que, mientras en
España todavía algunos cuestionan su obra, fuera forma parte del
canon”, añade la investigadora española.
Por su parte, Sharon
Keefe Ugalde, coordinadora de la división de español en el departamento
de Lenguas Modernas de la Universidad de Texas (EE UU), sí cree que la
oralidad campechana y deliberadamente cotidiana de Gloria Fuertes la
alejó del patrón aceptado.
“Especialmente, de los poetas
culturalistas”, matiza. “Para ellos una voz llana y directa sonaba como
un chirrío molesto, por eso no admitían que fuera poeta”. Según las
expertas, otras circunstancias en contra del triunfo de Fuertes en los
ámbitos de la alta cultura a mediados del siglo XX fueron ser mujer,
lesbiana y pobre.
“Treinta años después, el rechazo se ha superado
y su reconocimiento como poeta originalísima y valiosa va en aumento.
En el mundo académico ya es una voz aclamada, ahora falta extender ese
reconocimiento a un espacio cultural más amplio”, continúa Keefe Ugalde.
Una poeta del pueblo
Fuertes
nació el 28 de julio de 1917 en Madrid, en el barrio de Lavapiés, en el
seno de una familia humilde. Su madre era costurera y su padre portero.
Ella misma relata los primeros años de su vida en este poema
autobiográfico:
Gloria Fuertes nació en Madrid
a los dos días de edad,
pues fue muy laborioso el parto de mi madre
que si se descuida muere por vivirme.
A los tres años ya sabía leer
y a los seis ya sabía mis labores.
Yo era buena y delgada,
alta y algo enferma.
A los nueve años me pilló un carro
y a los catorce me pilló la guerra;
A los quince se murió mi madre, se fue cuando
más falta me hacía…
“Es una poeta única, muy creativa, crítica y, a la vez, original”,
subraya Reyes Vila-Belda. “Aunque no contó con una educación
universitaria ni formaba parte del
establishment, abrió el espacio poético a las preocupaciones de los que no tenían voz: mujeres, trabajadores, pobres…”.
Después de estudiar Gramática y Literatura, de 1939 a 1953 trabajó como redactora de la revista infantil
Maravillas, donde publicaba semanalmente cuentos, historietas y poesía para niños.
'Las tres reinas magas: Melchora, Gaspara y Baltasara' de 1986. / Pampa García
Mientras tanto, desde 1940 a 1945 se estrenaron diversas obras
suyas de teatro infantil y poemas escenificados en varios teatros de
Madrid. Y desde 1940 hasta 1955, fue colaboradora de la revista femenina
Chicas, donde publicaba cuentos de humor.
En 1942
conoció a Carlos Edmundo de Ory, integrándose en el movimiento poético
del Postismo, y en 1947 obtuvo el 1º premio de Letras para canciones de
Radio Nacional de España.
Más tarde, en 1950, organizó la primera
Biblioteca Infantil ambulante, que llevaba libros donde no llegaban por
falta de dinero o por el analfabetismo que todavía existía en España, y
publicó
Isla Ignorada, su primer poemario. Desde entonces, se sucedieron los estrenos de obras y premios.
Lo que no todo el mundo sabe es que de 1961 a 1963 vivió en Estados Unidos. Gracias a una beca
Fullbright
de Literatura Española, se subió a los estrados de las universidades de
Bucknell, Mary Baldwin y Bryn Mawr: “La primera vez que entré en una
universidad fue para dar clases en ella”, bromeaba Fuertes.
A su
vuelta, impartió clases de español para norteamericanos en el Instituto
Internacional. No fue hasta 1972 cuando pudo dedicarse por entero a la
literatura al obtener una Beca March de Literatura Infantil.
La poesía fuertiana
“El
universo poético de Fuertes es su cotidianidad, su género, su clase
social y, sobre todo, su incondicional amor sin prejuicio ninguno a
todos los seres humanos”, indica Keefe Ugalde.
De entrada, reclamó
los derechos de las mujeres, empezando por el derecho a leer, a
escribir, a trabajar o a ser poeta en un momento histórico en el que su
figura estaba reducida al espacio doméstico.
“Creía que la compasión y la generosidad perduran por encima de
los golpes duros, íntimos y colectivos, que da la vida”, afirma una
estudiosa de su obra
“Ser escritora suponía ir contra corriente y requería gran empeño y
buscar caminos alternativos frente a puertas cerradas. Numerosos poemas
suyos dejan constancia de la desigualdad de género en su época y
constituyen una forma de luchar contra los límites impuestos”, destaca
la profesora de la Universidad de Texas.
No se preocupó únicamente
por este ámbito. Fue pacifista –se opuso a las guerras de Vietnam,
Camboya y la civil española–, y se interesó por el medio ambiente mucho
antes de que ser ecologista se pusiera de moda.
“Gloria Fuertes
transformó su fe en el ser humano en un universo poético propio. Tenía
la visión de que la compasión y la generosidad perduran por encima de
los golpes duros, íntimos y colectivos, que da la vida”, enfatiza Keefe
Ugalde.
El contexto sociopolítico de la España de mediados del
siglo XX no favorecía a las mujeres con deseo de escribir. Pero a
Fuertes siempre le atrajo recitar, leer sus poemas, actuar.
Una escritora muy mediática
“Sus
apariciones en la tele la convirtieron en un personaje muy popular y
vendió muchos libros, algo que no le perdonaron algunos poetas y
escritores. Esa fama llevó a algunos a hacer una parodia cruel de su
figura. Sin embargo, a ella le divertía lo performativo, jugar a
disfrazarse, sorprender. Los medios fueron una herramienta que
aprovechaba para decir lo que quería”, declara Vila-Belda.
Gloria Fuertes, la 'poeta de los niños'. / EFE
En la obra poética de Fuertes no hay una división clara entre
autobiografía y ficción. Este es uno de los rasgos fundamentales de su
obra. En ocasiones, la poeta creaba una ‘Gloria’ ficticia a la que
atribuía datos aparentemente reales pero que no eran ciertos. Otras
veces, en cambio, incorporaba información biográfica suya.
Expresar
experiencias de sí misma y de otros, algunas prohibidas por la censura
franquista, le sirvió para hacer frente a la sociedad patriarcal,
cuestionar los modelos femeninos existentes y proponer otros nuevos.
“Aportó una voz ingeniosamente coloquial, sorpresiva y grata por el
sutil humor, los juegos de palabras y el sonido reverberante de los
poemas”, apunta Keefe Ugalde.
El trabajo literario de Fuertes
surgió durante las primeras décadas de la posguerra, cuando se olvidaron
las contribuciones que habían logrado las mujeres en general, y las
poetas en particular, antes de la guerra.
Durante el franquismo, Fuertes presentó un nuevo modelo de mujer que celebraba su marginalidad y afirmaba su identidad
“El franquismo promovió una sociedad patriarcal y una cultura
conservadora que excluyó a la mujer de la vida profesional y cultural”,
resalta Vila-Belda. “Fuertes presentó un nuevo modelo de mujer que
celebraba su marginalidad y, de este modo, afirmaba su identidad. Se
convirtió así en el eslabón para recuperar y continuar la modernidad”.
Justicia poética
Ahora,
el reto consiste en darla a conocer como gran poeta, no solo como una
mujer dedicada a los programas de televisión para niños. “No cabe duda
de que se le ha valorado menos como poeta por haberse dedicado a la
literatura infantil. El éxito de sus cuentos terminó por convertirla en
‘la poeta de los niños’, lo que ha tenido un efecto negativo en su
obra”, afirma Vila-Belda.
Está claro que el éxito comercial de la
literatura infantil y la fama mediática de Fuertes terminaron por
ocultar su poesía literaria. De hecho, muchos de quienes la conocieron
por sus cuentos desconocen su peso en la literatura del siglo pasado.
Gloria
Fuertes publicó en las editoriales de mayor prestigio de este país,
como Seix Barral o Cátedra. Además, contó con el apoyo de Jaime Gil de
Biedma, uno de los poetas más importantes de la segunda mitad del siglo
XX, quien la dio a conocer gracias a una primera antología de sus
versos.
“Es hora de redescubrir su poesía para adultos”, concluye
la profesora de la Universidad de Indiana. Quizá ahora con la
celebración del centenario de su nacimiento sea más fácil. Sobre todo
porque los niños de entonces –los que oímos a Gloria Fuertes recitar en
directo–, ya no somos tan niños.