miércoles, 7 de diciembre de 2016

PATRIMONIO CULTURAL

El puente de Aranjuez del siglo XVIII se cae a pedazos

Un partido local alerta de desprendimientos en la estructura construida sobre el río Jarama


 
Puente del Rey, en Aranjuez.


El Puente Largo, construido en el siglo XVIII para salvar el río Jarama a su paso por Aranjuez, se encuentra en una grave situación de deterioro. La denuncia parte de un partido local, la Agrupación Ciudadana Independiente (Acipa), que alerta de desprendimientos en la estructura, uno de los principales accesos al municipio (sobre ella pasa la M-305). La formación protesta por la dejación en su conservación y exige a la Comunidad de Madrid que lo restaure para que sea seguro. Un informe de 2013 ya señalaba las necesidades del viaducto, aunque los trabajos “no tenían un carácter acuciante”, explica la consejería de Infraestructuras. Ahora se va a retomar ese estudio, aunque “habrá que valorar las necesidades antes de empezar a actuar”.
“El puente lleva años sin mantenimiento y los pretiles (las barandillas laterales) se están cayendo. Algunas están ya en el río. En lugar de recuperarlas y reponerlas, construyen una barrera de hormigón prefabricada. En ocasiones, estas también se caen al agua, por lo que un coche que transite rápido puede precipitarse”, recalca Jesús Blasco, portavoz de Acipa. Sobre la plataforma, de ocho metros de ancho, circulan miles de vehículos cada día. El temor de Blasco es que algunos de ellos acabe en el agua, como ya lo hacen algunas de las piedras de Colmenar con las que fue construida esta obra maestra de la ingeniería civil formada por 25 bóvedas de medio punto. “Es una vía con bastante tráfico, aunque tenía más hace unos años, cuando pasaba por aquí la N-4 y esos coches no se desviaban por la variante de Aranjuez”.
Desde su construcción, la estructura ha resultado de vital importancia para el sistema radial de carreteras diseñado por Fernando VI. Este monarca fue el promotor de la obra, aunque no la vio terminada al morir dos años antes de su inauguración en 1761. El trazado ingeniado bajo su reinado disponía a Madrid en el centro de un sistema del que partían seis caminos y que aún hoy sigue siendo la base de nuestra red de comunicaciones. El puente era fundamental entonces para articular la capital con Andalucía. Carlos III lo llamó “el rey de todos los puentes”, ya que cuenta con más de 500 metros de largo y 11 de alto. El desgaste por la erosión y el tiempo le han restado atractivo a uno de los viaductos más bellos de Madrid, no en vano es una de las visitas recomendadas por la Guía Regional de Puentes Históricos. “No debe ser tan importante a juzgar por el penoso estado en el que se encuentra”, reitera Blasco. A los evidentes signos de deterioro, el portavoz de Acipa añade pintadas y unos alrededores que “parecen una escombrera”.

Patrimonio Cultural

Además de ser una de las principales vías de acceso a Aranjuez (58.000 habitantes), el puente es la frontera natural entre la Comunidad de Madrid y Castilla la Mancha. Lo que puede parecer un asunto menor, no lo es. La consejería de Infraestructura explica que la mayor parte del puente se encuentra en territorio manchego, pero que existe un acuerdo para que la pasarela sea de titularidad madrileña. No obstante, para iniciar las mejoras tienen que ponerse de acuerdo con el Gobierno autónomo de La Mancha y acordar de qué manera y quién va a sufragar la obra. Tampoco consta cuándo se llevaron a cabo los últimos trabajos de conservación, pero un portavoz de la consejería avanza que la Dirección General de Carreteras ya se encuentra en contacto con Patrimonio Cultural (al ser un puente histórico esta área tiene competencias delegadas sobre él) para comenzar las mejoras cuanto antes.
“Pedimos restaurar el puente porque es un monumento y porque necesitamos que sea seguro”, subraya Blasco. Pone el ejemplo de Titulcia, dónde hace años se construyó un nuevo puente para auxiliar a la histórica estructura de hierro que cruza el río Jarama en la localidad. El portavoz de Acipa, sin embargo, va más lejos: también solicita la rehabilitación de la Casa del Portazgo. “Está llena de basura, de tubos, hay socavones y el techo se cae”, explica sobre el estado del inmueble donde se cobraba el peaje de las personas que antaño cruzaban el viaducto. O los leones de piedra (de los cuatro originales solo quedan tres), que están muy erosionados, tanto o más que los laterales del puente, apuntalado con maderas en varios puntos.
El socialista David Estrada, primer teniente de alcalde, confirma que el Ayuntamiento ha pedido en varias ocasiones a la Comunidad que arregle las inmediaciones del puente y la propia estructura. Relata cómo hace meses solicitaron la mejora del asfalto y del alumbrado de la cuesta de la Reina, el tramo posterior al puente, que forma parte de la M-305 y da acceso a la A-4. La Administración regional atendió los requerimientos sobre esta zona: mejoró el firme de la calzada y encendió las farolas. Sin embargo, Estrada se queja de que no solucionó el problema del viaducto, que tuvo que ser reconstruido después de la Guerra Civil al sufrir importantes daños. “Tenemos el ejemplo de los ranchos históricos, entre otros. La Comunidad no invierte en Aranjuez”, lamenta el edil.

Una guía para el turismo cultural

La delegación de Turismo Cultural de la Comunidad de Madrid editó hace años una guía de puentes históricos. En las 146 páginas que conforman el documento se desgrana la historia y las características de 30 puentes convertidos ya en legado. La guía muestra su diversidad y riqueza través de cuatro rutas diferentes. En la primera se destacan los puentes de la capital (como el de Segovia o el de Toledo). La segunda transcurre por la Sierra Norte y la cuenca del Jarama, donde se pueden encontrar estructuras como la del Perdón, en Rascafría, o el puente romano de Talamanca. Una tercera ruta lleva hasta la sierra oeste. El cuarto y último itinerario pasa, entre otros lugares, por Aranjuez, donde además del Puente Largo se encuentra el de la Reina.

EL PAÍS

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