martes, 5 de agosto de 2014

MEDIOAMBIENTE (FERNANDO PALACIOS)


FARMACOS CADUCADOS Y RESIDUOS FARMACEUTICOS SON QUEMADOS EN LAS CEMENTERAS Y CONVERTIDOS EN CEMENTO.


El director general de Sigre, Juan Carlos Mampaso, asegura que la última tendencia es convertir en combustible los desechos. Y los medicamentos no iban a ser menos. Al final del proceso, terminan transformados en cemento.
¿Cómo es el proceso?
Convertimos los medicamentos en combustible para la producción de energía eléctrica, lo que se denomina valorización energética. En la propia planta que tenemos en Valladolid se tritura el medicamento, se le deja en un tamaño adecuado, y después se le echa algún componente para que aguante la humedad o su resistencia al calor. Más tarde, llevamos este material manipulado a cementeras.
¿Por qué a cementeras?
Las cementeras nos dan más confianza en cuanto emisión de contaminantes. Para la fabricación del cemento, con su componente principal que es el clínker, las materias que nosotros incorporamos se adaptan fácilmente al proceso y, además, no produce cenizas. La emisión de gases de efecto invernadero es mínima. Es un tratamiento innovador.
¿Queda algún residuo?
Inevitablemente. Hay estudios que demuestran que una vez que ingieres medicamentos, éstos no se descomponen por completo en el organismo. Así, a través de la orina y de las heces estos residuos terminan contaminando.
¿Cómo se puede evitar?
En la actualidad se está desarrollando lo que se denomina la «greenfarma». Desde Sigre, la postura de apoyo es clara, somos el brazo armado medioambiental de la industria.