martes, 6 de octubre de 2015

CULTURA

12 palabras que empleas con un significado que en realidad no tienen

Debido a que la lengua se encuentra en constante evolución, es habitual que determinadas palabras o expresiones pasen a formar parte de nuestro registro diario casi de un día para otro. Los medios de comunicación, las modas lingüísticas que se popularizan en la red o, simplemente, los comentarios de nuestros amigos terminan provocando que empleemos nuevos conceptos que, por supuesto, no hemos mirado en un diccionario (ni falta que hace).

En un nuevo libro publicado por Espasa, 'El español más vivo. 300 recomendaciones para hablar y escribir bien', la Fundación del Español Urgente (Fundeu) ha recogido unos cuantos consejos lingüísticos que no se centran tanto en las palabras cuyo significado ya conocemos, sino más bien en “el español que aún no ha llegado a los diccionarios ni a las gramáticas”. Uno de los apartados del libro, dentro del léxico, está dedicado al significado. Aquí recogemos algunas de las entradas del libro, que ayudarán a esclarecer las dudas que solemos tener sobre ellas.

Reeditar

Como uno puede pensar, 'reeditar' significa volver a editar. Se reeditan discos y libros, por ejemplo, pero cada vez es más común que se utilice dicha palabra para aquellos equipos que obtienen dos años consecutivos un trofeo deportivo. Aunque el volumen concede que puesto que lo inédito es nuevo, lo reeditado pueda entenderse como repetido, también señala que es preferible 'revalidar' o 'renovar'. Es decir, “el Real Madrid no fue capaz de revalidar el título de campeón de Europa la pasada temporada”.

Austericidio

En noviembre de 2013, el expresidente del Gobierno Felipe González señaló que había que rebelarse contra el “austericidio” con “políticas sensatas”. Se equivocaba, y no porque los recortes no provoquen problemas sociales extremos, sino porque la palabra se refiere a “matar la austeridad” y no a “matar por exceso de austeridad”, como suele emplearse en determinados círculos, de igual manera que un homicidio es matar a un ser humano. Se recomienda emplear como alternativa “austeridad suicida”, “austeridad homicida” o “austeridad letal”.

Duelo

No todo el mundo lo recuerda, pero la palabra 'duelo' (“combate, pelea o enfrentamiento entre dos personas o entre dos grupos”) solo puede aplicarse cuando los contendientes son dos. Es decir, puede producirse un duelo entre el Real Madrid y el F.C. Barcelona, pero no entre las siete películas que optan al Oscar a la mejor película.

Glosar

No solemos ver a menudo este verbo, y cuando lo hacemos, suele estar asociado a algo positivo, como si fuese un equivalente verbal al sustantivo 'hagiografía' o un sinónimo de 'elogiar'. El volumen de la Fundeu recuerda que 'glosar' es meramente “dar una explicación o hacer un comentario sobre algo o alguien”. Así pues, se puede glosar la vida de Hitler sin miedo a que nos acusen de apología del nazismo.
Un traductor no es exactamente lo mismo que un intérprete, por mucho que utilicemos indistintamente ambas palabras

Marasmo

A veces, el significado de las palabras se oculta bajo su elocuente sonoridad, como ocurre con 'marasmo', que nos recuerda a 'mar' y, por lo tanto, al ruido embravecido de las olas. Nada más lejos de la realidad: basta con echar un vistazo al diccionario de la RAE para comprobar que en realidad significa “suspensión, paralización, inmovilidad, en lo moral o en lo físico”. Si queremos denotar agitación, mejor recurrir a 'maremágnum'.

Concurso y sorteo

Cada vez es más habitual que los encargados de redes sociales de una empresa (o 'community managers', o el tecnicismo que toque esa semana) realicen concursos o sorteos para los clientes, sin saber muy bien qué significa cada cosa. Un concurso es una competición, mientras que en el sorteo se confía algo al azar. Por lo tanto, un sorteo sería el de la ONCE y un concurso, una competición en la que se premia la mejor fotografía.

Traductor e intérprete

Estas dos palabras suelen emplearse como términos intercambiables, cuando no lo son: el traductor se refiere específicamente a aquel que vuelca de un idioma a otro palabras escritas con una máxima fidelidad, como ocurriría con el traductor de una obra literaria. Por el contrario, el intérprete es aquel que capta la idea general y atiende al tono de cada situación, generalmente en un contexto oral, como puede ocurrir con la interpretación simultánea (conocida popularmente como traducción simultánea, ejem) de un futbolista que habla en otro idioma.

Firmar (a un jugador)

No hay simas tan profundas del lenguaje como aquellas en las que osan aventurarse los periodistas deportivos que, además, tienen la fea costumbre de crear tendencia. Es el caso de utilizar 'firmar' en lugar de 'fichar'. Se firman contratos, autógrafos o libros, pero no jugadores, por mucho que se necesite una rúbrica para que el acuerdo sea válido. Como mucho, puede decirse que determinado jugador firma por un club, pero no que un club lo firma.

Adolecer

Una complicada palabra, en cuanto que su correcta utilización depende de matices en apariencia no muy significativos. El libro señala que se suele utilizar equivocadamente como un sinónimo de 'carecer', como ocurre en “el presidente del Gobierno adolece de liderazgo”. Sin embargo, 'adolecer' significa “tener algún defecto” o “padecer algún mal”, es decir, uno puede adolecer de tacañería, de egoísmo, de ineptitud o de ignorancia, pero nunca de algo positivo como “empatía” o “inteligencia”, por mucho que la expresión se emplee para manifestar la falta de ella (“es muy difícil trabajar con él porque adolece de simpatía” es incorrecto).
Cada vez es más frecuente que leamos que se celebra el aniversario de la muerte de un famoso, como si todos nos alegrásemos de ello

Decálogo

La mayor parte de términos que aquí hemos empleado suelen ser utilizados en ocasiones en las que no deberíamos. Con este ocurre lo contrario, que podemos utilizarlo en más contextos de lo que pensábamos. Sospechamos, oportunamente, que 'decálogo' solo hace referencia a las listas de 10 normas (por el 'deca', diez en latín), pero la RAE asegura que un decálogo es “un conjunto de normas o consejos que, aunque no sean 10, son básicos para el desarrollo de cualquier actividad”. Sean 10, 20 o 30.

Celebrar y conmemorar

Cada vez es más frecuente que leamos que se celebra el aniversario de la muerte de Fulanito, como si la comunidad cultural fuese a descorchar el champán, feliz de que el finado abandonase el reino de los vivos. Cuidado. Celebrar es “conmemorar, festejar”, “realizar un acto o espectáculo” o “decir misa”, por lo que, a no ser que se trate de un acto solemne o tengamos en muy poca estima al muerto, debemos utilizar 'conmemorar'.

Gracias a…

Un caso muy semejante al inmediatamente anterior. Muchas veces utilizamos 'gracias a...' como un sinónimo de 'a causa de...' o 'debido a...', y olvidamos que dicha expresión tiene un matiz positivo, es decir, “produce un bien o evita un mal”, como asegura el diccionario. Por lo tanto, “gracias a su incompetencia, el hombre murió” sería equivocado. Al otro lado del espectro se encuentra 'por culpa de', que tiene un matiz negativo. Es decir, asegurar que “mi amiga ha encontrado un buen trabajo por mi culpa” sería también incorrecto.