jueves, 6 de abril de 2017

HERBICIDAS

El aumento en el uso de Glifosato, que se ha multiplicado por 15 desde 1996 con la introducción de cultivos transgénicos resistentes al herbicida, ha dado datos suficientes para la evaluación de sus efectos perjudiciales a largo plazo sobre el suelo y la salud ambiental. Todos estos efectos se relacionan con su capacidad de alterar el sistema hormonal de los organismos de suelos y aguas.

El glifosato, ingrediente activo de los herbicidas formulados, incluyendo el Roundup de Monsanto, es el compuesto herbicida más utilizado en el mundo, con un uso estimado de 1,35 millones de toneladas métricas. Se utiliza principalmente  en cultivos de soja, maíz, algodón, canola, remolacha azucarera y alfalfa genéticamente modificados para resistir la acción de este herbicida.
Se ha hablado mucho del potencial cancerígeno del Glifosato, que la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA) negó hace pocas semanas, a pesar de la clasificación como probable cancerígeno de la Organización Mundial de la Salud en 2015.
Pero es menos conocida, aunque perfectamente demostrado por las investigaciones científicas, la capacidad del Glifosato de dañar la vida de los organismos del suelo por su toxicidad como disruptor endocrino o contaminante hormonal.
Un artículo de Robert Kremer, de la Universidad de Missouri, titulado “Salud del suelo y medio ambiente tras veinte años de uso intensivo de glifosato” revela los numerosos efectos adversos que tienen el glifosato y su principal metabolito, el ácido aminometilfosfónico (AMPA) sobre la fauna del suelo, algunos de los cuales se derivan directamente de su capacidad como disruptor endocrino.
Según la investigación, el glifosato:
  1. Inmoviliza los nutrientes esenciales que microorganismos y plantas necesitan para los procesos metabólicos.
  2. Rompe la diversidad microbiana en rizosferas de plantas, necesaria para la salud de los cultivos
  3. Altera la actividad de lombrices
  4. Reduce en el crecimiento y la reproducción de numerosos organismos acuáticos incluyendo la especie Daphnia, utilizada a menudo como indicador de salud de un ecosistema acuático.
Ver el estudio
El autor sugiere la vuelta a las rotaciones de cultivos no modificados genéticamente y evitar los herbicidas con glifosato como solución a los efectos adversos a largo plazo de los residuos de glifosato y AMPA en el suelo. Para reducir el crecimiento de plantas no deseadas, sugiere el uso de algún sistema de cobertura.
Cobertura natural, explotación agroecológica
Puedes ver más alternativas al uso del glifosato aquí.

Efectos en el suelo del glifosato según el resumen de la Red d Acción contra los Pesticidas

El glifosato altera la dinámica de la comunidad microbiana de una manera que es perjudicial para las plantas y el equilibrio ecológico y también aumenta los microorganismos capaces de metabolizar el producto químico. Además, puede reducir algunos organismos beneficiosos, tales como saprofitos y hongos que descomponen el material vegetal muerto y son importantes para la fertilidad del suelo. Numerosos estudios han demostrado que estimula el crecimiento de una serie de patógenos fúngicos que causan enfermedades en muchos cultivos. Además, se mezcla con los micronutrientes del suelo y causa deficiencias de micronutrientes en las plantas, que aumentan su susceptibilidad a las enfermedades, disminuyen su vitalidad y producen cultivos alimentarios deficientes en esos micronutrientes.
El glifosato puede causar alteración de la composición nutricional de los alimentos, por ejemplo, la proteína y el contenido de ácidos grasos de la soja. Puede causar deficiencia de hierro en la soja,preocupante ya que la deficiencia de hierro en nuestros organismos cada vez afecta a más gente.
El glifosato tiene efectos adversos en algunas especies de lombrices de tierra y en una serie de insectos beneficiosos útiles en el control biológico, particularmente ácaros depredadores, escarabajos carábidos, mariquitas y crisopas verdes. También puede afectar negativamente a otros insectos que juegan un papel importante en el equilibrio ecológico, como colas de primavera, piojos de madera y arañas de campo.
El glifosato, a niveles que se encuentran comúnmente en entornos agrícolas, perjudica las capacidades cognitivas de las abejas, lo cual afecta su exploración con posibles consecuencias negativas a largo plazo para el forrajero de las colmenas.

Firma la ICE contra el glifosato

No te olvides de firmar la Iniciativa Ciudadana Europea, que pretende acabar con el uso de glifosato y mejorar el procedimiento de aprobación de pesticidas en Europa. Firma aquí.