La rueda más antigua de Madrid está en el yacimiento carpetano de Titulcia
La Comunidad estudia las últimas piezas encontradas en este enclave arqueológico, que podrían ser los restos de un singular carro prerromano para un auriga del siglo II a. C.
No es cualquier hallazgo. El yacimiento carpetano de Titulcia ha vuelto a sorprender a los arqueólogos
que llevan más de una década desgranando la historia de los primeros
madrileños que habitaron de forma estable la región. Capitaneados por José Polo y Carmen Valenciano, hace apenas unos días han encontrado los restos de lo que podría ser un carro prerromano del siglo II a.C. para un auriga. «Todos los elementos hallados apuntan a que podría tratarse de una pieza muy singular», explica Polo a ABC. Esos elementos, que han sido encontrados en el rincón de una estancia de sólo dos metros cuadrados, son de hierro y bronce.
«Entre ellos, el más evidente es una llanta de hierro fragmentada que
conserva los clavos que la unían a una rueda maciza de madera y la
parte metálica de lo que podría ser el cubículo del carro que portaba al
auriga», dice este responsable de las excavaciones de Titulcia. «Es la rueda más antigua hallada hasta la fecha en la región.
No se ha encontrado otra en estas circunstancias, y menos en un recinto
tan especial», comenta. Pero hay otros elementos que señalan la
singularidad de este nuevo descubrimiento. «Al lado hemos encontrado elementos tubulares de apliques de hierro y bronce decorados que podrían ser los pasamanos del carro», cuenta entusiasmado.
De confirmarse, la Comunidad de Madrid estaría ante algo «absolutamente único». «Es solo un ejemplo más de la importancia que Titulcia tuvo en la época, con una sociedad jerarquizada en la que existía una élite que podía tener caballos y
este tipo de carros», añade. A pesar del júbilo con el que el equipo
–en el que además de Valenciano y Polo participan otros siete
arqueólogos– ha vivido el descubrimiento, aseguran que es necesario
esperar a la restauración para saber, a ciencia cierta, si se trata de
esta pieza o no.
En el caso de la llanta, guarda cierta similitud con una rueda de carro encontrada en el poblado de Amarejo en Bonete,
Albacete. «El carro podría ser muy parecido al representado en un
relieve carpetano encontrado en Illescas, a 30 kilómetros de Titulcia»,
apunta. El Museo Arqueológico Regional ha
comenzado ya a identificar y restaurar cada una de las piezas. «Su
director, Enrique Baquedano, nos ha prestado su apoyo técnico junto a Ignacio Muñoz,
director general de Patrimonio de la Comunidad, para seguir
descubriendo la historia que encierra esta importante ciudad carpetana»,
destaca Polo.
«El carro podría ser muy parecido al representado en un relieve encontrado en Illescas»
Un lugar «privilegiado»
Precisamente, estos restos inéditos se han encontrado a sólo tres metros de donde fue hallada la pátera.
«Los objetos más especiales del yacimiento han sido extraídos dentro de
este edificio singular. No podemos aventurar que se trate de un templo,
pero desde luego era un lugar privilegiado y respetado por los carpetanos de
Titulcia», explica José Polo. «Estaba custodiado por un perro guardián
del que hace dos campañas encontramos sus restos, aún atados con una
cadena a una argolla en la pared», prosigue. «Es un lugar fascinante que
promete muchas más sorpresas», advierte.
La ciudad carpetana sufrió un colapso súbito a mediados del siglo II a. C.
«Las pruebas del carbono-14 datan la fecha entre el año 147 y el 139 a.
C. El margen de error es muy pequeño», asegura el arqueólogo. Todo se
quedó detenido, bajo los escombros de un incendio
primero y enterrado después, en aquel instante que ocurrió hace más de
21 siglos. Titulcia se emplaza en la cabeza de comarca de esta
civilización. La ciudad se asentaba en una colina desde la que los
pobladores podían controlar las aguas de los ríos Jarama y Tajuña,
lo que propició que se convirtiera en un lugar geoestratégico. Prueba
de ello es la fortaleza defensiva construida de forma aterrazada que
impedía el paso a la caballería enemiga.
«Aún no se han encontrado restos humanos
ni vestigios de que se produjera una batalla», explica. «Puede que los
habitantes de Titulcia huyeran del enemigo —la fecha coincide con las campañas del lusitano Viriato
en Carpetania— y que estos arrasaran la ciudad, aunque sin expoliarla.
Prueba de ello es que se dejaron piezas tan valiosas como la pátera
hallada en 2010», opina. Otra posibilidad, según este especialista, es
que los propios carpetanos arrasaran su ciudad para evitar que el
enemigo se apoderara de sus bienes.
Lo que está aflorando es la Titulcia próspera,
«con una jerarquía social muy bien estructurada», de la que hablan los
escritos romanos. Conocida como la «Mesopotamia de los carpetanos»,
era rica en productos agrarios, ganaderos y manufacturas metálicas y
cerámicas, de las que se han encontrado más de dos toneladas de restos
en un buen estado de conservación.
Centro de interpretación
En definitiva, una tribu estable que hacía
grandes negocios y que transformó este lugar en un punto clave de las
rutas comerciales peninsulares. Más de 343 hectáreas que
abarcan una zona que pudo llegar a estar habitada por unas 600
personas, una cantidad «extraordinaria para la época», afirma José Polo.
Por todo ello, la Comunidad de Madrid está acondicionando las instalaciones del Centro de Interpretación Arqueológica de Titulcia, ubicado en un edificio municipal. Está previsto que dicho centro se abra al público a finales de 2014.
El yacimiento carpetano de Titulcia, que continuará siendo estudiado con el apoyo del Gobierno regional, ya forma parte del Plan de Yacimientos Visitables, puesto en marcha por la Comunidad en 2003. El objetivo de esta iniciativa es dar a conocer el patrimonio arqueológico madrileño y ponerlo al servicio de la sociedad. Además, persigue conservar, poner en valor y acondicionar para su visita determinados enclaves arqueológicos y
paleontológicos únicos que permitan a los madrileños conocer y
profundizar en las raíces históricas que les unen a su pasado y su
territorio.