martes, 31 de marzo de 2015

LIBROS POR LA VOLUNTAD CON FIN BENÉFICO




El lector siempre tiene la razón

  • Un nuevo modelo de librerías, en el que el cliente es quien fija el precio, se extiende por Madrid. TUUU Librería abre su segunda sede y se inaugura Libros Cercanos


Clientes de la librería benéfica Libros Cercanos que está ubicada...
Clientes de la librería benéfica Libros Cercanos que está ubicada en la calle Dos Hermanas. Javier Barbancho

¿Pagaría lo mismo por la última novedad de Paul Auster que por un clásico como Trópico de Cáncer o por El diario de Bridget Jones? ¿Cuál es el precio justo de los libros si lo fundamental es su lectura? El reciente informe de la Confederación de Gremios y Asociaciones de Libreros advertía de que en nuestro país se cierran dos librerías cada día, y el sector editorial se lamenta de un retroceso sangrante de 20 años, desde el inicio de la crisis.
Sin embargo, aún es posible encontrar irreductibles que defienden la supervivencia de «una demanda apreciable» y «una necesidad, un amor» hacia los libros y que, ante todo, «hay uno apropiado para cada lector» por el cual «se debe pagar lo que se considere y lo que se pueda». Leyeron bien. Son los responsables de TUUU Librería, con dos años largos ya de vida, y de Libros Cercanos, una recién nacida de cuatro meses. Ambas comparten una peculiaridad en su oficio: todos los libros que ofrecen cuestan lo que el lector decida pagar por ellos.
Los pioneros de TUUU Librería, inspirados por la estadounidense The Book Thing, un proyecto similar radicado en Baltimore, no sólo han conseguido hacer viable la librería de la calle Covarrubias -con las ventas, una suscripción económica anual de 12 euros y 100 voluntarios, en su mayoría mujeres-, sino que acaban de inaugurar un segundo local en la calle Padilla.

TUUU Librería
Destinan parte de su fondo de almacén y material escolar a entidades públicas del país, como colegios, bibliotecas o residencias de la tercera edad del país -la última partida fue al colegio Claudio Moyano, en Chamberí-, y de América Latina, donde también sostienen una plataforma de microcréditos.
En su origen está Alejandro de León, un empleado de la banca de inversión que un día cambió de raíl y fundó la ONG independiente Yooou, a la que pertenece la librería. Con una inversión inicial de 7.000 euros, al principio no exigían donación obligatoria a cambio de los libros, pero, como apunta Carmen Chato, responsable de TUUU, «se puede ser idealista, no suicida». Aprendieron que «los lectores debían dar valor a lo que se llevaban, aunque sin entrar a juzgar la situación económica».
El enfoque solidario también emerge en Libros Cercanos. Su encargado, Raúl Jiménez, antiguo empleado de los cines Conde Duque de Alberto Aguilera, consideraba «injusto que la gente no pueda adquirir o acercarse a los libros por culpa de la crisis». Por ello, decidió arriesgar unos 5.000 euros para levantar, junto a varios amigos una asociación cultural sustentada en esta librería de la calle Dos Hermanas, diferente a las demás de Lavapiés. No fue sencillo: «Tres meses de papeleos, así hay más tiendas de ropa que alternativas como ésta».

Sin ánimo de lucro

Por el momento, sólo se plantean el presente: no tienen ánimo de lucro -trabajan no más de diez personas «por amor al arte»- y, aunque creyeron que tardarían un año en ser sostenibles, ya consiguen mantener sus estanterías, abarrotadas por 4.000 tomos aún sin polvo, con las ventas y con una cuota anual de 10 euros para socios -305 ahora, con 400 completarían el año de vida-.
¿Cuál es el truco? No suelen tener novedades y todos los ejemplares, ordenados en pilas de género variado que en TUUU Librería alcanzan hasta el techo y son deliciosamente caóticas, provienen de donaciones desinteresadas de editoriales, redacciones de prensa, empresas o particulares: «Personas que se mudan, se divorcian o incluso de escritores, como Maxim Huerta, que donó algunos de sus títulos», revelan en TUUU, o hasta de los propios creadores del proyecto, como sucedió en Libros Cercanos.
La crisis ha favorecido este tipo de iniciativas culturales. Raúl no pretende sólo que «las personas pierdan el miedo a leer Rojo y Negro de Stendhal o que cualquier libro vuelva a vivir». Ni TUUU Librería quiere limitarse a «acercar la lectura a quienes les gusta o no, sin prejuicios», busca también «construir un bien común, ser motor de cultura». En ese empeño, ofrece volúmenes a la venta en el Café Comercial, donde celebran clubes de lectura y maridajes de café con libros -dicen que el irlandés casa, delicado, con Dorian Gray- y organizan recorridos literarios por el barrio de las Letras. Sus hermanos de Libros Cercanos han prestado su local al colectivo La Debatidora y a la protectora AGAR, y han participado en uno de los recorridos de Microplán Madrid.
Aunque si hay algo que en esencia las distingue, coinciden sin dudar Carmen y Raúl, es en ese encanto de descubrir flores secas, entradas para los toros de 1955, reseñas de prensa de hace 27 años o dedicatorias y subrayados dentro de estos miles de libros, con tanta historia algunos que incluso, desde TUUU Librería, los envían a la Biblioteca Nacional cuando descubren algún ancianito de esos que rozan el siglo de vida.

EL MUNDO