domingo, 24 de enero de 2016

EDUCACIÓN

Las chicas del instituto están construyendo un satélite espacial

El proyecto busca incentivar las carreras de ciencias entre las mujeres que participan. El satélite se lanzará a mediados de año


Las chicas del proyecto aprenden conceptos básicos de electrónica.
Las chicas del proyecto aprenden conceptos básicos de electrónica.
Cuando Brittany Bull, de Ciudad del Cabo y 16 años, era solo una niña ya quería ser científica. Aún así, nunca imaginó que antes de acabar el instituto estaría construyendo y lanzando al espacio un satélite artificial junto a otras 20 chicas de su edad. Y que este proyecto cambiaría su vida. La hazaña está siendo posible gracias a MEDO, una organización de desarrollo económico de Johannesburgo, en Sudáfrica, que en junio de 2015 inició este programa espacial para animar a las mujeres jóvenes a desarrollar su interés en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, áreas históricamente copadas por hombres. El satélite estará listo a mediados de este año.
El proyecto nació cuando se dieron cuenta en MEDO de que las empresas más potentes de la zona estaban buscando a gente con estudios en alguna de las ramas de ciencias. Calcularon que el 80% de los trabajos del futuro estarán de alguna forma relacionados con la tecnología y se dieron cuenta de que el número de mujeres que elegían estas carreras era mínimo. De hecho, para Brittany Bull, una de las partes más importantes de este proyecto es ayudar a empoderar a las mujeres: "Las chicas han estado demasiado tiempo escondidas. Y esto es aún extremadamente habitual en el sitio donde vivo".
La primera fase del proyecto, SPACEprep, sirvió como toma de contacto. Las alumnas aprendieron fundamentos básicos sobre electromecánica, satélites y el espacio. "Al principio, la mayoría de las chicas eran muy tímidas y estaban asustadas", explica Carla de Klerk, una de las responsables del programa. "Después de unos días, se convirtieron en mujeres orgullosas y seguras de sí mismas. Era asombroso ver cuánto empezaban a confiar en sus propios pensamientos y voces".
Las participantes han aprendido sobre satélites y órbitas, electrónica de la construcción, habilidades de liderazgo, telecomunicaciones... y a tener confianza en ellas mismas
Después de aprender los conocimientos básicos, MEDO organizó un campamento en el que las chicas pudieron ponerlos en práctica. Diseñaron un primer prototipo del satélite: el CricketSat y lo lanzaron al espacio con la ayuda de globos meteorológicos. Cuando la estudiante Britanny Bull habla de todo lo que aprendió allí, se refiere tanto a conocimientos científicos con a habilidades personales: "Aprendimos sobre satélites y órbitas, electrónica de la construcción, habilidades de liderazgo, construcción de confianza en uno mismo y telecomunicaciones".
Al final, las chicas presentaron sus conclusiones a sus padres, varios hombres de negocios y profesores de universidad. Según Carla de Klerk, eran personas importantes que llegaron a abrir los ojos de asombro. "Se dieron cuenta de que un grupo de chicas de entre 16 y 17 años habían presentado resultados que ellos mismos nunca habían pensado", cuenta De Klerk. Y Britanny Bull cuenta que nunca había visto a su madre tan orgullosa de ella.
Las chicas leen los datos que devuelve el prototipo de satélite CricketSat.
Las chicas leen los datos que devuelve el prototipo de satélite CricketSat.
El campamento se celebró a principios de este mes y dentro de poco llegará la hora de la verdad: el satélite real, el MEDOsat1, se lanzará a mediados de año desde el desierto de Mojave, en Estados Unidos. ¿Qué van a medir con el satélite? Las chicas no tienen ni idea. "¡Esa es la parte divertida!", explica Carla de Klerk. "Queremos que las alumnas piensen un plan y decidan qué quieren observar".
El satélite se quemará y se convertirá en polvo cuando lleve unos meses en órbita. Pero la intención es que cada nuevo lanzamiento llegue un poco más lejos. "Hemos conseguido financiación para lanzar un satélite al año hasta 2020, ¡llegaremos a la luna o más lejos!", cuenta, divertida, De Klerk.
Para llegar hasta este punto del programa, MEDO ha trabajado con 120 chicas y quiere colaborar con hasta 500 en el lanzamiento del resto de satélites. Con este trabajo, Carla de Klerk espera interactuar con algunas de "las mentes brillantes del futuro y poder tener algún impacto en ellas, inspirándoles para que crean que cualquier cosa es posible", afirma. Tebogo Mpeaphya, que ha sido hasta hace poco otra de las responsables de las chicas participantes en el programa, comparte esta opinión: "Nada es tan prometedor como ver a una mujer joven dándose cuenta de que puede convertirse en doctora, ingeniera o científica, y que puede hacer lo que se proponga", concluye.
EL PAÍS