5 Pasos para Reducir tus Residuos
Como muchos habréis visto, últimamente la filosofía Cero Residuos está cogiendo fuerza en España. Este movimiento, del que
ya he hablado en otra ocasión,
consiste en movilizar y motivar a una sociedad para generar la menor
cantidad de residuos posible. Algo crucial, dada la situación de
consumismo masivo, destrucción medioambiental e ineficacia de gestión
residual en la que nos encontramos.
Cada vez se escribe más sobre
el tema, y resulta más sencillo encontrar información al respecto. No
obstante, me he dado cuenta de que, aun así, hay muchas personas que no
saben muy bien por dónde empezar.
Ya tengo bolsas de tela y una botella reutilizable, pero… ¿ahora qué?
Ya sea por falta de recursos, de conocimiento, o de ambos, la confusión
sobre cuál es el siguiente paso es algo común cuando uno quiere ser más
eco-friendly.
Es por eso que hoy he recopilado 5 pequeños
cambios o acciones que puedes aplicar en tu vida diaria para empezar –en
serio- a reducir tu generación de residuos y ser un poco más
sostenible:
1. Haz tu propia pasta dental
Inspirada enormemente por
Lauren Singer, uno de los primeros productos que hice yo misma fue mi dentífrico. Tras haber probado distintos formatos, descubrí que
había muchas formas eficaces de mantener una buena higiene dental con productos que nada tenían que ver con el gel comercial al que estamos tan acostumbrados.
Con
solo mezclar 3 cucharaditas de aceite de coco, una cucharadita y media
de bicarbonato, y unas 20 gotas de aceite esencial de menta, me
sorprendí ante el hecho de haber fabricado, así de fácil, mi dentífrico.
La verdad es que
el cambio de textura y sabor fue algo extraño
(sobre todo en verano, que el aceite de coco está constantemente en
estado líquido), pero enseguida me acostumbré. Y lo más importante:
¡funciona perfectamente!
2. Pásate al champú sólido
Fue casi de casualidad que descubrí los champús sólidos de Lush. Afirmaban que
una de sus pastillas equivalía a unas tres botellas de champú,
por lo que le ahorrabas unos cuantos envases de plástico al medio
ambiente cada año. Tras un año usando champús sólidos puedo decir con
toda certeza que todo son ventajas con este formato: no solo tiene una
vida más larga –efectivamente- y evitas envases indeseados, sino que
también resulta
mucho más cómodo para viajar y mucho más saludable para tu cabello (¡ a mí me da volumen y me dura más tiempo limpio!).
De la misma forma, puedes reducir muchos envases si te pasas a los
jabones sólidos
en otras áreas de baño y cocina; geles, jabón para manos, jabón para
platos… Hoy en día es muy fácil encontrar tiendas artesanales o de
productos naturales que vendan jabones al corte. ¡Yo los compro en
Goccia Verde, por ejemplo!
3. Utiliza aceite de coco
Las múltiples y versátiles cualidades de esta sustancia hacen que
comprar un bote de aceite de coco signifique reducir tu botiquín y aumentar su calidad, más que añadir otro producto en la despensa o en el estante del baño.
Son
muchísimas las personas que han hablado sobre las propiedades del
aceite de coco, y una rápida búsqueda en Internet puede ofrecerte
centenares de páginas con información. Personalmente, lo uso como
colutorio (¿habéis oído del
oil-pulling?), como
hidratante corporal, como
desmaquillante, para hacer
desodorante y
pasta dental, e incluso como
after-sun,
pero tú puedes usarlo para lo que quieras. ¡Son tantos sus usos, que
seguro que encuentras mil maneras de sustituir envases plásticos y
productos tóxicos de un día para otro!
4. Ve al mercado local
El cambio que
ha reducido significativamente mi generación de residuos
ha sido, sin lugar a dudas, empezar a ir al mercado local. En lugar de
ir al supermercado varios días a la semana, voy los sábados a las
paraditas de mi ciudad y compro
productos frescos, orgánicos y locales.
No solo es mucho más sencillo comprar a granel y sin plástico de esta
manera (¡se acabaron las bolsas y cajas de plástico que encierran
espinacas, lechugas, champiñones e incluso fresas!), sino que la
diferencia de
sabor y calidad de alimentos es brutal. Además, las
ventajas de apoyar económicamente a los pequeños agricultores y
negocios locales son múltiples.
5. Reemplaza tus productos de limpieza por vinagre
Puede parecer una tontería, pero
el vinagre es la gran salvación en el mundo de la limpieza.
Se trate de baños, cocinas, ventanas, suelos u objetos, las distintas
variedades de vinagre pueden afrontar hasta la suciedad más rebelde. El
vinagre blanco
es especialmente útil para sustituir la gran cantidad de productos
tóxicos que tenemos en el armario del lavadero. Y es que, en realidad,
no necesitamos un producto distinto y específico para cada cosa, como nos hacen creer; con unos pocos ingredientes (vinagre, bicarbonato y limón, por ejemplo) nos bastamos.
Puedes
encontrar recetas muy fácilmente por Internet para sustituir tus
productos de limpieza actuales (¡no hace falta que los tires ahora
mismo! Puedes ir sustituyéndolos a medida que se te acaben).
Picture by Giulia, from
Nuclear Pomgranate